El papa Benedicto XVI se entrevistó hoy durante veinte minutos con el primer ministro británico, David Cameron, su segundo en el gobierno de coalición, Nick Clegg, y la líder de la oposición laborista, Harriet Harman.
Todas las entrevistas tuvieron lugar en la residencia arzobispal, que se encuentra detrás de la catedral católica de Westminster, donde debía oficiar luego una misa.
Era la primera vez que el líder "tory" (conservador), Cameron, se reunía con el Sumo Pontífice desde la llegada de éste al Reino Unido para su visita pastoral y de Estado de cuatro días, que termina mañana domingo en la ciudad inglesa de Birmingham.
Por tener que asistir al funeral de su padre, fallecido recientemente, Cameron no pudo estar presente el viernes en el Parlamento, donde el Papa pronunció su discurso más político, en el que denunció la marginación de la que, según él, es objeto la religión, y particularmente el cristianismo, incluso en los países más tolerantes.
El líder liberaldemócrata Nick Clegg, que había recibido al Papa a su llegada a Edimburgo el jueves en representación del Gobierno, acudió esta mañana a verle con su esposa, la española Miriam González, y sus hijos.
La líder en funciones del Partido Laborista, Harriet Harman, dijo, tras reunirse con el Papa que habían hablado de "las luchas a favor de la justicia social en las que han estado juntos católicos y laboristas".
El ex primer ministro británico Tony Blair, converso al catolicismo, y su esposa, Cherie, también católica, llegaron por su parte a la catedral de Westminter antes de que empezara la misa de esta mañana.
Esta tarde, en el Hyde Park londinense, Benedicto XVI celebrará una vigilia de oración previa a la beatificación mañana en Birmingham del cardenal John Henry Newman (1801-1890), otro converso procedente del anglicanismo.
El Papa sufre "vergüenza y humillación" por los casos de los curas pederastas
El papa Benedicto XVI expresó hoy en Londres su "profundo dolor" a las víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes y reconoció la "vergüenza y la humillación" que sufre por esos pecados, que calificó de "crímenes atroces".
"Pienso en el inmenso sufrimiento causado por el abuso de menores, especialmente por los ministros de la Iglesia. Quiero manifestar mi profundo pesar a las víctimas inocentes de estos crímenes atroces, junto con mi esperanza de que el poder de la gracia de Cristo y su sacrificio de reconciliación traerá la curación profunda y la paz a sus vidas", afirmo el Pontífice.
Benedicto XVI hizo estas manifestaciones ante varios miles de personas que asisten en la catedral de Westminster a la misa que oficia en su tercer día de visita al Reino Unido.
El Papa agregó que reconoce "con vosotros la vergüenza y la humillación que todos hemos sufrido a causa de estos pecados".