Benedicto XVI no se despedirá con una celebración especial con motivo de su renuncia pero sí aprovechará la audiencia general del miércoles 27 de febrero para despedirse de los fieles, posiblemente realizada desde la Basílica de San Pedro, según ha explicado el jefe de la Sala de Prensa del Vaticano, el padre Federico Lombardi.
El objetivo es, tal y como ha explicado, que pueda acudir un gran número de gente a esa última audiencia, pero no se trata de hacerle una fiesta de despedida sino de aprovechar las citas que ya están pendientes en el calendario, y ésta del 27 será, por tanto, "la última celebración grande".
Lombardi ha asegurado que el Pontífice "realizará todos las citas previstas en el calendario" antes del anuncio de la renuncia el próximo 28 de febrero, entre los que se encuentran los encuentros previstos con obispos, así como con los jefes de Estado de Rumanía y Guatemala.
De hecho, este miércoles, celebrará su audiencia general y por la tarde presidirá el tradicional rito del miércoles de ceniza con la procesión penitencial, la Santa Misa, la bendición y la imposición de las cenizas. Este año, las celebraciones del miércoles de ceniza tendrán lugar en la Basílica de San Pedro y no en la Iglesia de San Anselmo y en la Basílica de Santa Sabina en la colina del Aventino de Roma, por la previsible asistencia de más fieles, así como la participación del colegio cardenalicio".
HABLARA SOBRE EL CONCILIO
Además, el Pontífice se encontrará este jueves con el clero romano, como cada año después del miércoles de ceniza, en un evento en el que no lee ningún discurso sino que se dirige espontáneamente a los sacerdotes de Roma. Al respecto, ha señalado que se espera que el Papa comparta "sus experiencias en el Concilio Vaticano II".
Además, Benedicto XVI participará en la celebración del primer domingo de Cuaresma el 17 de febrero y del segundo el 24 de febrero, ambos en la Plaza de San Pedro y realizará los tradicionales ejercicios espirituales del 17 al 22 de febrero junto a la curia Romana en la capilla del Palacio Apostólico Redemptoris Mater.
NO ES UNA RENUNCIA IMPROVISADA
Por otro lado, Lombardi ha remarcado que el Papa vive su decisión con "gran reflexión delante a Dios y con serenidad" y ha reiterado que "no es una decisión improvisada". Sobre las motivaciones de su decisión, el portavoz vaticano ha referido la declaración del Papa leída por el mismo al finalizar el consistorio ordinario público.
"Benedicto XVI es nuestro Papa hasta el próximo 28 de febrero", ha destacado Lombardi, que ha asegurado que tendrá todavía ocasión de seguir ofreciendo su magisterio.
También ha insistido en que la decisión del Papa no obedece a motivos de salud sino como ha indicado Benedicto XVI, a la percepción del Papa de la disminución de fuerza.
En este sentido, ha recordado que Benedicto XVI lleva un marcapasos desde antes de que comenzara su Pontificado, al que recientemente se le ha cambiado una batería.
En cuanto a su futura residencia, ha destacado que en los últimos meses del año pasado han iniciado las obras de la que será su próxima residencia, un antiguo monasterio dentro del Vaticano y ha apuntado que aún se desconoce quien se mudará con el Pontífice a su residencia o quién le asistirá.
También ha insistido en que Benedicto XVI es una persona "muy discreta y que no se puede especular sobre posibles "interferencias" con el próximo Papa pese a que, evidentemente, se va a generar una "situación nueva".
UNA ENCICLICA EN EL TINTERO
Sobre la esperada encíclica de la fe que el Papa Benedicto XVI estaba preparando, el Padre Lombardi ha declarado que "parece que no se publicará antes de su partida" por lo que ha destacado que "la encíclica como tal no se puede esperar antes del 28 de febrero".
Asimismo, Lombardi ha destacado que aún se desconoce cómo será llamado Joseph Ratzinger después del 28 de febrero, ni cómo vestirá, ni qué sucederá con aquellas pertenencias relacionadas con el ejercicio del ministerio petrino que no pueden ser usadas desde el próximo 1 de marzo porque Benedicto XVI ya no será Pontífice.
En este caso el portavoz vaticano, ha señalado que "quizá" el anillo sería destruido, aunque ha advertido que expertos dentro del Vaticano estudiarán las constituciones e interpretarán, "de acuerdo a esta situación nueva" qué hacer y lo indicará con precisión en su momento.
Igualmente, ha remarcado que Joseph Ratzinger no participará en el Cónclave, ni será llamado 'cardenal' pues ya ha sido Pontífice, también se desconoce si participará en la misa de su sucesor.
Finalmente, el padre Lombardi ha remarcado nuevamente la lección de "humildad, valentía y sabiduría para evaluar la propia condición" que Benedicto XVI da a toda la humanidad, una lección que "cualquier persona puede aprender" y ha añadido que es importante ver "delante de Dios la propia vocación, en lo que uno está en condición de hacer y de lo que uno hace".
En esta línea, el portavoz vaticano ha destacado que Benedicto XVI "es una persona realista, conoce perfectamente los problemas y las dificultades". A su juicio, algunos piensan sobre la administración de la Iglesia y otros en los desafíos de la Iglesia de hoy. "Benedicto XVI ve el mundo con amplitud", ha asegurado, al tiempo que ha señalado que analiza también si hay instrumentos de gobierno inadecuados. Ser Pontífice implica, en su opinión, "gran responsabilidad en el gobierno de la Iglesia a diferentes niveles".