El presidente de Bolivia, Evo Morales, ha reconocido que los bolivianos no estaban preparados para afrontar las consecuencias de la subida del precio de la gasolina y el diésel, con la que el Gobierno pretendía equipararlos con los precios a nivel internacional, y ha dicho que por eso ha decidido cancelar el decreto correspondiente, que había desatado una fuerte movilización social.
"El pueblo me escuchó y me enseñó y saluda la decisión que tomé en defensa de las familias más pobres", ha declarado en una rueda de prensa en la ciudad de Cochabamba, en el centro del país, según la Agencia Boliviana de Información.
Morales derogó este viernes por la noche el decreto que había firmado el domingo pasado para nivelar los precios de los combustibles líquidos ante la cantidad de recursos que destina Bolivia para subvencionarlos para que no le resulten caros al consumidor.
"Como ha sido mi promesa al asumir la Presidencia de Bolivia, escucho y me someto al pueblo obedeciéndole, porque sus consejos son sabios", ha señalado el mandatario, que ha dicho que deja para el futuro la aplicación de un decreto similar pese a que con la nivelación de los precios se evitaba una sangría en la economía nacional.
GRANDES COSTES PARA EL ESTADO
Bolivia destinó 660 millones de dólares a la importación de combustible en 2010, de los que 380 millones sirvieron para subvencionar sus costos en el mercado nacional.
"Todos saben que la nivelación es necesaria para que los dineros que utiliza Bolivia en la subvención de los carburantes bien pueden ser utilizados en la ejecución de programas de desarrollo de amplio alcance social, como la educación, construcción de hospitales y caminos", ha indicado.
Sin embargo, ha admitido que el incremento de casi un 80 por ciento en los precios de los combustibles que implicaba la aplicación del decreto haría inviable la economía de las familias más pobres.
Morales ha precisado que cuando se convirtió en presidente, en enero de 2006, comprobó que la importación de gasolina en año 2005 supuso para Bolivia un gasto de 108 millones de dólares, una cantidad que año tras año se ha ido incrementado hasta llegar a 660 millones en 2010.
PROTESTAS
La imposición del decreto desencadenó manifestaciones de protesta en las ciudades de La Paz y El Alto, donde hubo enfrentamientos entre ciudadanos y la Policía.
Morales ha asegurado que en esas protestas participaron no solo personas descontentas con la medida, sino también grupos violentos financiados por los partidos de derecha interesados en provocar la desestabilización de la democracia, y se ha referido concretamente al partido Movimiento sin Miedo (MSM).
El presidente ha adelantado que el tema de los carburantes y las subvenciones se analizará en una Comisión Nacional de nueva creación que estará integrada por representantes de varias organizaciones sociales. El objetivo, ha añadido, será elaborar un proyecto que impida que Bolivia tenga cada año los altos costes que suponen las subvenciones a la compra de carburante.
Una de las medidas urgentes que va a tomar el Gobierno es reforzar la lucha contra el contrabando de combustible, además de incrementar la inversión en tareas de exploración y explotación de petróleo con el fin de contar en el mercado con combustibles líquidos nacionales, ha manifestado.
Morales ha declarado que el Tesoro General de la Nación (TGN) cuenta aún con recursos para mantener las subvenciones a los combustibles pero ha advertido de que esto "puede durar unos cinco o diez años".