El presidente de Bolivia, Evo Morales, expropió este lunes la sexta empresa de capitales españoles en menos de un año al tomar el control de una filial de Abertis-Aena, una decisión que repercutirá en la relación bilateral entre ambos países, según advirtió el Gobierno español.
Morales anunció la nueva nacionalización en la ciudad central de Cochabamba, en cuyo aeropuerto internacional está la sede de la firma Servicios de Aeropuertos Bolivianos S.A. (Sabsa), que fue ocupada por fiscales, funcionarios y por militares del Ejército.
El Gobierno boliviano argumentó que Sabsa ha incumplido con las inversiones en la mejora de los aeropuertos de El Alto (junto a La Paz), de Cochabamba y de Santa Cruz, de los que se hizo cargo en 1997 cuando se privatizó la gestión de esos tres aeródromos.
Desde 2004, Sabsa es una filial de Abertis participada por Aena, consorcio que obtuvo la empresa de la británica TBI, que, a su vez, la recibió de la estadounidense Airport Group International, la primera en adjudicarse la privatización en 1997.
Morales dijo en un discurso en el aeropuerto Jorge Wilstermann de Cochabamba, con el que escenificó la expropiación, que los "privatizadores" pagaron una suma equivalente a casi 4.000 dólares "para administrar los 430 millones de dólares que tienen los aeropuertos de Santa Cruz, Cochabamba y La Paz".
Agregó que quienes administraron las tres terminales llegaron a obtener beneficios que superan los 20 millones de dólares.
Según Morales, la nacionalización de Sabsa fue suspendida varias veces por contactos diplomáticos y bilaterales con España, pero en los últimos días tomó la decisión de hacerlo al afirmar que hay constantes peticiones de que se amplíen y mejoren los aeropuertos.
"Creo que ha habido mucha tolerancia de parte del Estado hacia a la empresa", sostuvo el mandatario, que aseguró que su Gobierno demostrará ante quien corresponda que no hubo inversiones.
Al igual que en anteriores expropiaciones, se dispuso también que la compensación a Abertis y Aena provenga de una tasación realizada por una empresa independiente "en el plazo de 180 días hábiles".
Desde España, Abertis mostró su respeto hacia la decisión de Bolivia de expropiar Sabsa, filial de este grupo de infraestructuras y participada por Aena, aunque negó la falta de inversiones aducida por el Gobierno Boliviano y confió en obtener "una compensación adecuada".
La nacionalización de Sabsa fue seguida de inmediato por el despliegue de tropas bolivianas en los tres aeropuertos gestionados por esa empresa, una práctica habitual tras cada expropiación que la ministra de Comunicación, Amanda Dávila, justificó hoy en declaraciones a Efe como un "gesto simbólico" del apoyo de las Fuerzas Armadas al Estado.
En diciembre pasado, Morales expropió cuatro filiales de Iberdrola y en mayo pasado, una de la Red Eléctrica de España (REE), con la que aún negocia una compensación.
El ministro español de Exteriores, José Manuel García-Margallo, advirtió hoy desde Bruselas de que la decisión "tendrá consecuencias sobre las relaciones bilaterales" y no descartó una respuesta por parte de la Unión Europea ante este acto que consideró "no amistoso".
"Es obvio que un movimiento de este tipo, una expropiación saltándose los procedimientos habituales y no respetando el principio de la indemnización requerida en caso de expropiación, tendrá consecuencias sobre las relaciones bilaterales", dijo García-Margallo en una rueda de prensa.
En un comunicado emitido en Madrid, el Ministerio español de Exteriores precisó que no cuestiona el derecho soberano de un Estado sobre sus recursos y servicios públicos, pero defiende que "toda expropiación debe hacerse previo pago del justiprecio, según una valoración justa e independiente del bien expropiado".
El jefe de la delegación de la UE en La Paz, Timothy Torlot, declaró a la prensa que "la nacionalización es una política de Gobierno" y es "su derecho", pero la comunidad internacional quiere "una compensación justa y transparente para las empresas involucradas".
El vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, también criticó los altos sueldos de los principales ejecutivos de Sabsa, y citó que en algunos casos son de 17.000 dólares mensuales frente a los 2.000 que percibe Evo Morales.
El máximo representante de Abertis en Bolivia, Anthony Alicastro, declaró hace unos días a Efe que desde 1997 la empresa invirtió 33,6 millones de dólares y adicionalmente entregó 73 millones al Estado en el mismo periodo por los derechos de operación de los aeropuertos.
La firma ofreció invertir 36 millones de dólares en los próximos nueve años, que es el período que restaba de su concesión de 25 años, pero el Ejecutivo consideró "insuficiente" esa cifra y pidió 56 millones de dólares.