Las autoridades de Tailandia ordenaron hoy nuevas evacuaciones a causa de un gradual empeoramiento de las inundaciones en áreas de Bangkok, donde aumenta la ola de personas que abandonan esta capital en su primer día festivo por emergencia.
Con el centro comercial y financiero de la metrópoli reseco por un sol abrasador y sin que se apreciara un sólo charco de agua, su gobernador, Sukhumbhand Paribatra, dio la orden de evacuar de forma urgente otro de los distritos del norte de la urbe convertidos en laguna por la tromba de agua que desciende desde la meseta central.
La orden a los residentes en Sai Mai llegó algo tarde, puesto que al igual que ocurrió días pasados en otros dos distritos periféricos del norte que recibieron similar aviso, a esas horas la mayoría de sus habitantes ya habían abandonado sus casas con el agua hasta la cintura llevándose consigo los enseres de mayor valor.
Casi al mismo tiempo que el gobernador anunciaba en televisión la tercera evacuación, la primera ministra, Yingluck Shinawatra, de nuevo admitía la incapacidad del Gobierno para evitar con sus medios que áreas de Bangkok tengan en los próximos días el mismo aspecto de isla que tienen numerosas aldeas y ciudades de las 28 provincias que permanecen anegadas.
"Parece que lucháramos contra las fuerzas de la naturaleza, el enorme caudal de agua está dañando muchos de nuestros diques", dijo la primera ministra con la voz entrecortada durante una rueda de prensa.
En un mensaje dirigido un día antes a la población, la jefa del Gobierno dijo que zonas de la capital permanecerán inundadas hasta un mes y que en las que peor parte se lleven, el nivel del agua alcanzará un máximo de un metro y medio.
Las áreas urbanas que más preocupan a las autoridades son todas aquellas situadas en ambas orillas del río Chao Praya, que serpentea por la urbe y que en algunos tramos está a punto de desbordarse.
El gobernador no descartó la evacuación de otros distritos de entre el total de 50 en los que está dividida la capital y señaló que las próximas 48 horas eran cruciales para saber si la marea alta en golfo de Tailandia, que han pronosticado los expertos, impedirá que el río descargue su caudal de agua en el mar.
Bangkok, habitada por unos 12 millones de personas, fue llamada décadas atrás la "Venecia de Asia" por sus canales, muchos de estos hoy desaparecidos bajo las toneladas de tierra y cemento sobre las que se construyeron calles y levantaron edificaciones.
A la vez que unos residentes preparaban las defensas de sus casas con el propósito de afrontar la inundación de su distrito, otros aprovecharon el primer día del periodo de vacaciones de emergencia para abandonar la capital con la intención de eludir eventuales penalidades o la de visitar a la familia.
El Ejecutivo ha declarado cinco días festivos en 20 provincias afectadas por las inundaciones y en Bangkok, mientras que por su parte, el centro de operaciones para las inundaciones instó a los capitalinos a que utilicen las vacaciones para desplazarse a los lugares no afectados, en el caso de que pudieran.
"Cada vez será más difícil encontrar alimentos y otros productos básicos en los comercios de Bangkok", advirtió el portavoz del centro operativo para mitigar las inundaciones, Thongthong Chantarangsu.
Desde hace varios días los hipermercados y otros comercios están desabastecidos de productos de primera necesidad, debido a la ruptura de las redes de distribución y el gran acopio que han hecho los tailandeses que temen que la comida falte.
Varios gobiernos, incluidos los de España, Reino Unido y Alemania, han aconsejado a sus respectivos ciudadanos que pospongan los viajes a Bangkok y otras provincias afectadas que no sean esenciales.
La falta de comida y las inundaciones también obligaron a evacuar a algunos de los animales de zoológico municipal, próximo a algunos de los edificios más emblemáticos del casco viejo de Bangkok.
Como medida de prevención ante la eventual inundación de Bangkok, el Ejército ha movilizado a unos 50.000 efectivos provistos de un millar de embarcaciones y preparado cerca de un centenar de centros para albergar hasta a 200.000 personas desplazadas, indicó el portavoz del Ministerio de Defensa, coronel Thanathip Sawangsaeng.
Estas inundaciones, consideradas las peores que se registran en el país asiático en medio siglo, han causado 377 muertos y obligado a más de 113.000 personas a refugiarse en improvisados centros de acogida.
El desastre, cuyo coste económico rebasará los 6.000 millones de dólares, comenzó a finales del pasado julio con el desbordamiento de ríos y pantanos del norte y la región central, a causa de las copiosas lluvias del monzón y de tres tormentas tropicales seguidas.
El número de personas damnificadas por las inundaciones supera los 2,5 millones y al menos 700.000 han recibido atención médica a causa de infecciones y otras enfermedades contraídas por contacto o consumo de agua contaminada.