Miles de gazatíes han huido en busca de refugio a instalaciones de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) al verse desposeídos de sus hogares a causa de la actual ofensiva militar israelí en Gaza, que ya ha causado la muerte a cerca de 170 personas.
"Las 28 escuelas de la UNRWA están completas. Y apenas tenemos sitio para acoger a tanta gente. Ni comida ni instalaciones suficientes", explicó a Efe Akif Shalif, director de la escuela Rimal, en el centro de Franja.
Allí, el flujo de coches, motos con sidecar o carros tirados por asnos y abarrotados de familias era esta mañana continuo después de que aviones israelíes lanzaran octavillas sobre las localidades del norte, advirtiendo que la zona sería fuertemente bombardeada después del mediodía.
"Esta escuela está abierta para todo el mundo, pero en particular para los que huyen del norte. Es la más grande; habrá unas 1.300 personas", explicó.
Shalif insistió en que a priori es el lugar más seguro de Gaza, pero que nada es seguro "ante la potencia y la intensidad de los bombardeos, más fuertes de lo que habíamos visto nunca".
"No hay nada seguro, solo nos queda confiar en Alá. Esperemos que así sea", subrayó el responsable, que calculó en cerca de 4.000 las personas refugiadas en instalaciones educativas de la UNRWA como Rimal.
"En algunas hay quinientos, en otras hoy setecientos, en otras hay menos, aún no podemos conocer las cifras", concluyó.
Amal, una mujer de 40 años, es una de las decenas de personas que esta mañana llegaban casi sin resuello y sudorosa a esta amplia infraestructura levantada con el apoyo del gobierno de Japón.
Una bolsa de tomates, otra de pepinos, algunas botellas de agua, mantas, colchones y varias piezas de ropa eran todo lo que habían podido empaquetar.
A su alrededor, varios niños desarrapados y descalzos se bajan al tiempo que se pierden en la multitud en busca de un aula o un rincón de los pasillos para instalar un pequeño campamento.
"¿Por qué nos hacen esto? ¿Por qué nos atacan si somos pobres, si no tenemos nada? ¿Quién nos va a ayudar?", se preguntaba frente al rostro resignado de su marido, agricultor en la barriada septentrional de Beit Lahia, una de las más castigadas por los seis días de continuos e intensos bombardeos israelíes.
Una operación que ha agravado aún más la precaria situación de la población civil en la Franja, bajo asedio militar desde 2007 y donde cuatro de cada cinco de sus habitantes -calculados en 1,8 millones- vive bajo el umbral de la pobreza.
Amal y su familia llegaron a la escuela siguiendo las indicaciones de los panfletos que advertían sobre un inminente ataque del Ejército israelí en el norte.
El anuncio fue transmitido también por otras vías, como el mensaje de texto telefónico, y en él se indica a la población civil de esos barrios que deben sentirse "advertidos" y "cuidarse" de no estar en la zona.
"La operación del Ejército será corta. Quien no preste atención a estas instrucciones pone en peligro su vida y la de su familia", advierte la nota, que instruye a la población a dirigirse "al sur de Yabalia por (el camino a) Shara Al-Faluja".
"Afortunadamente mi hijo sabe leer y vio la octavilla. Avisamos a algunos vecinos ancianos para que salieran con nosotros, pero no todo el mundo quiere o puede dejar su casa", afirmó Amal.
Fuentes militares argumentaron, por su parte, que se trata de zonas desde las que las milicias palestinas están disparando cohetes.
El movimiento islamista Hamás se ha preparado a fondo para el actual conflicto armado con Israel y ha construido una extensa red de posiciones de lanzamiento de cohetes por toda Gaza, según dijo hoy un alta fuente israelí de seguridad.
"Hamás se ha construido (a sí misma) para este enfrentamiento durante año y medio, desde la operación Pilar Defensivo (en noviembre de 2012), y hemos visto ese proceso de construcción de fuerza (bélica) en un dispositivo disperso por toda la franja" de Gaza, aseguró la fuente en declaraciones a un grupo de periodistas, entre ellos de Efe.
La fuente afirmó que el Ejército israelí trata de evitar víctimas civiles y negó que la mayoría de las 167 víctimas mortales palestinas sean civiles, como señalan los datos ofrecidos por el Ministerio de Salud de Gaza.
El responsable, implicado en la actual ofensiva "Margen defensivo" contra Gaza, reconoció que para el Ejército es difícil llegar a todas las lanzaderas palestinas porque, no sólo están dispersas por un territorio de 360 kilómetros cuadrados, sino porque "está por todos lados".