Miles de personas participaron hoy en el funeral por las 44 víctimas mortales de los atentados perpetrados ayer en Damasco, en una ceremonia que fue retransmitida por la televisión oficial siria.
Otras 166 personas resultaron heridas en los dos atentados suicidas con coches-bomba cometidos ayer frente a dependencias de la Seguridad y la Inteligencia en la capital siria.
Los féretros, cubiertos cada uno por la bandera siria, fueron colocados en el interior de la mezquita de Al Amaui, en la capital, mientras fuera del lugar se concentraron miles de personas que gritaron consignas religiosas.
El clérigo Mohamed Said ofició la ceremonia y durante su discurso culpó de lo sucedido a los representantes del Consejo Nacional Sirio (CNS), el principal órgano de la oposición al régimen sirio.
"Este es el regalo que hacen a Siria (el dirigente opositor Borhan) Golion y sus amigos, que insisten en que la reforma venga en los brazos de los enemigos del islam y la humanidad", apuntó Said.
De otro lado, el ministro sirio de Asuntos Islámicos, Mohamed Abdelsatar, añadió que Siria "nunca cede ante Estados Unidos e Israel, pues así lo ha aprendido del islam" y leyó una nota conjunta del clero musulmán y cristiano en el país.
"Condenamos la conspiración que está enfrentando Siria y que siguen negando los medios de comunicación hostiles y las fuerzas del mal que la están apoyando", destacó el comunicado, en el que las fuerzas religiosas también rechazaron el extremismo.
Ayer, el Gobierno sirio responsabilizó de los ataques a la red Al Qaeda y alertó de la escalada de las operaciones de los grupos terroristas islamistas, a quienes desde hace meses acusan de cometer los actos de violencia en Siria.
La oposición siria acusó entonces directamente al régimen de Bachar al Asad de estar detrás de los atentados en su intento por desviar la atención de los observadores de la Liga Árabe que llegaron al país el pasado jueves para comprobar sobre el terreno el cese de la violencia.
Esta jornada de luto coincide con la muerte de por lo menos siete personas en las provincias de Homs (centro) y Deraa (sur), focos de la oposición contra el régimen, según el Observatorio sirio de Derechos Humanos, que llamó a los observadores a visitar dichas zonas.
Desde que comenzaron las protestas en marzo pasado, más de 5.000 personas han fallecido por la represión del régimen en Siria, según las últimas cifras de la ONU.