Miles de personas se manifestaron hoy por el centro de Roma convocadas por el sindicato metalúrgico Fiom-Cgil, para protestar por la crisis en el sector y por la política económica del Gobierno de Silvio Berlusconi y para exigir la renovación del convenio colectivo.
Los manifestantes lo hicieron en dos cortejos que confluyeron en la plaza de San Juan de Letrán, un lugar que es el símbolo de las grandes manifestaciones de la izquierda y los sindicatos italianos, donde habló el líder de la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL), la más importante de Italia, Guglielmo Epifani, quien denunció que el país va a la deriva.
"El país va a la deriva, desde hace meses está abandonado a su suerte. Existe una situación social muy preocupante, que exige un cambio profundo en las políticas económicas. Hemos salido a la calle para defender nuestros derechos y el convenio colectivo, que no puede derogarse más", dijo Epifani.
El dirigente sindical denunció el aumento del paro en Italia y el cierre de empresas, que dijo son dos problemas muy difícil de resolver sin el compromiso del Gobierno "y si las empresas aprovechan la crisis para reducir los derechos de los trabajadores".
En Italia el paro afecta al 8,3 por ciento de la población activa, lo que supone que 2.079.000 trabajadores están desempleados.
Maurizio Landini, líder de Fiom, resaltó el éxito de las dos manifestaciones, en las que participaron trabajadores venidos de todo el país y a la que se unieron dirigentes de la izquierda parlamentaria y de partidos de izquierdas sin representación en el Parlamento.
Una decena de trenes y varios centenares de autobuses fueron alquilados para traer manifestantes a Roma.
También se unieron a la marcha estudiantes, asociaciones de defensa del trabajo, grupos de parados, etc.
Landini subrayó que el objetivo se resumía en cinco puntos: defensa de la legalidad, del trabajo, de la democracia, de los derechos de los trabajadores y del convenio colectivo.
Las dos manifestaciones se desarrollaron en medio de un gran despliegue de fuerzas del orden, ante el temor que se infiltraran grupo "antisistema" y pudieran provocar incidentes, según los temores expresados los pasados días por el ministro de Interior, Roberto Maroni.
El líder progresista Niki Vendola, del partido Izquierda y Libertad, dijo que no sabía si la alarma lanzada por el conservador Maroni "era fruto de informaciones serías o un deseo suyo"