La canciller alemana, Angela Merkel, sigue buscando una salida a la crisis que atraviesa la coalición de Gobierno por el enfrentamiento con el ministro de Interior, Horst Seehofer, en torno a la política migratoria.
La tensión, lejos de bajar, ha aumentado en las últimas horas tras unas declaraciones de Seehofer según las cuales no permitirá que lo destituya una canciller que a su puesto gracias a él.
"No dejaré que me destituya una canciller que es canciller sólo gracias a mí", dijo Seehofer en alusión a que su partido, la Unión Socialcristiana (CSU), tuvo en Baviera un resultado comparativamente mejor que el logrado en todo el país por la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel. "Estoy en una situación difícil de imaginar, la persona a la que ayudé a llegar donde está, quiere salir (librarse) de mí", agregó Seehofer.
Una destitución de Seehofer podría llevar a la salida de la CSU del Gobierno, con lo que la coalición se quedaría sin mayoría parlamentaria.
Además, por primera vez en la postguerra, la situación podría llevar a la ruptura del grupo parlamentario común de la CDU y la CSU.
Entre Seehofer y Merkel hay desde 2015 una disputa en torno a la política migratoria que se ha radicalizado en los últimos días y que amenaza la estabilidad del Gobierno alemán.
Seehofer, como ministro de Interior, quería impedir que potenciales refugiados que ya hubieran sido registrados en otros países europeos como solicitantes de asilo atravesaran las fronteras alemanas. Merkel, por su parte, rechazó esa posibilidad considerando que una medida unilateral de esa naturaleza podría crear un reacción en cadena perjudicial para Europa.
Seehofer, presidente de la CSU, era primer ministro bávaro en 2015 cuando Merkel permitió la entrada a Alemania de cerca de un millón de refugiados -la mayoría de países en guerra como Siria- por considerar que se trataba de una situación humanitaria excepcional.
Desde entonces la política migratoria ha sido un punto de disenso entre los dos partidos hermanos y entre Merkel y Seehofer.
Tras el compromiso logrado en la última cumbre europea, Merkel consideró que se habían dado pasos suficientes para reducir la presión migratoria pero Seehofer opina que hay que adoptar también medidas nacionales.
Seehofer ofreció ayer su dimisión como ministro y de los cargos dentro del partido pero la cúpula de la CSU logró que aceptara darse un tiempo de espera.
El grupo parlamentario conjunto de la CDU y la CSU tuvo hoy una reunión en la que intentó buscar salidas a la crisis y Merkel y Seehofer estuvieron reunidos con el presidente del Parlamento, Wolfgang Schäuble.
La CSU enfrenta en octubre elecciones regionales en Baviera en las que, según las encuestas, corre el peligro de perder su mayoría absoluta ante el ascenso de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) que ha hecho de sus ataques a la política migratoria su principal baza electoral.
El tercer socio de la coalición de Gobierno, el Partido Socialdemócrata (SPD), ha pedido para esta noche una reunión de las cúpulas de las tres agrupaciones gubernamentales ya ha criticado duramente le disputa dentro de los llamados partidos de la Unión.
"Estamos dispuestos a continuar con esta coalición de Gobierno. Pero algo tiene que ocurrir en la CDU y la CSU, nuestra paciencia está llegando a su límite", dijo la presidente del SPD, Andrea Nahles, en una comparecencia ante la prensa. "Esta situación no puede continuar así, por eso hemos pedido una reunión de las cúpulas de la coalición", agregó Nahles.
Nahles apeló a poner fin al "caos" entre la CDU y la CSU y advirtió que el segundo partido está en medio de una "contemplación del ombligo propio que pone en peligro a Europa".