La canciller alemana, Angela Merkel, se lanzó hoy a movilizar el voto de los ciudadanos indecisos ante las elecciones del domingo con cinco millones de cartas y un simple mensaje: "Si usted quiere que siga trabajando como su canciller, vaya el domingo a votar a la Unión Cristianodemócrata (CDU)". Con todos los sondeos dando un ajustado resultado entre la coalición de gobierno y la oposición, la CDU volvió a recurrir a su principal activo, Merkel, mientras el candidato del Partido Socialdemócrata (SPD), Peer Steinbrück, organizaba en Berlín su mayor acto en esta campaña electoral.
El esprint final para los partidos alemanes comenzó a 72 horas de los comicios, aunque en el país no hay jornada de reflexión y están previstos mítines y reuniones para captar el voto hasta el mismo domingo, con los locales electorales ya abiertos.
Steinbrück ha anunciado que después de votar en Bonn hará campaña en la calle para intentar recortar distancias con la CDU, objetivo del gran mitin convocado hoy en la berlinesa Alexander Platz.
Con actuaciones musicales, miles de invitados y rodeado de los pesos pesados del SPD, no siempre sus mejores aliados en esta campaña, el cabeza de lista socialdemócrata decidió así romper su estrategia, centrada hasta ahora en actos pequeños y en contacto directo con los votantes.
MERKEL A LA CABEZA
Los últimos sondeos siguen dando como vencedora de las elecciones a Merkel, que necesitaría un aliado para gobernar.
Esa eventual alianza siguió siendo el eje de todas las tertulias políticas y también de las entrevistas a las que se sometieron los dos principales candidatos y que fueron emitidas hoy por 58 radios privadas.
"Trabajo por la continuidad de la coalición" y "lo haré hasta el cierre de los locales electorales", subrayó Merkel en alusión al actual acuerdo de Gobierno con los Liberales.
La canciller reconoció no obstante que la "gran coalición" con los socialdemócratas en su primera legislatura hizo un "buen trabajo" ante la crisis financiera.
Steinbrück, quien fue ministro de Finanzas en aquel Gobierno y hoy se enfrenta a su antigua jefa, ratificó su apuesta por gobernar con Los Verdes, pero optó también por la prudencia: "Hacemos campaña hasta el cierre de los locales para lograr lo que queremos y son los electores los que decidirán".
LOS EUROESCEPTICOS A LAS PUERTAS DEL BUNDESTAG
Por el momento, la única sorpresa la arrojó una encuesta del instituto demoscópico Insa, que apuntó por primera vez la posibilidad de que los euroescépticos del partido Alternativa por Alemania (AfD) entren en el Parlamento federal (Bundestag).
Según esa estudio, difundido hoy por el popular diario "Bild", la AfD, que apuesta por desmontar de forma ordenada la zona euro de modo queden excluidos los países del sur afectados por la crisis, lograría un 5% de los votos, mínimo para acceder a escaños en el Bundestag.
Merkel ha dejado claro que nunca gobernará de la mano de los euroescépticos y hoy Volker Bouffier, primer ministro del estado de Hesse y cabeza de lista de la CDU en ese estado federado, que también celebra elecciones el domingo, tuvo que rectificar unas ambiguas declaraciones para garantizar que "no habrá ninguna coalición con la AfD".
Una de las caras más conocidas entre los simpatizantes de esta formación, nacida apenas hace siete meses en Alemania, es el exjefe de la Confederación de la Industria Alemana (BDI) Hans-Olaf Henkel, quien rebatió hoy el calificativo de "extrema derecha" con el que a menudo es tildado el partido en los medios de comunicación.
Según explicó en rueda de prensa, tampoco son "antieuropeos", pues apuestan por un "euro nórdico" en el que no participen los estados del sur más afectados por la crisis, que deberían abandonar "voluntariamente" la unión monetaria.
Hoy también tomó la palabra el presidente alemán, Joachim Gauck, pastor evangélico y antiguo disidente de la extinta RDA que instó a los cerca de 62 millones de alemanes con derecho a voto a acudir a las urnas el domingo: "la democracia no se da naturalmente; tiene que ser construida, por nosotros".
En los últimos comicios generales en Alemania, celebrados en 2009, la abstención electoral se acercó al 30 por ciento.