El senador Marco Rubio, que el pasado martes abandonó la carrera para la candidatura a la Presidencia de Estados Unidos por el Partido Republicano, descartó hoy acompañar como vicepresidente a cualquiera de los tres aspirantes que siguen en liza.
"No voy a ser el vicepresidente de nadie. No estoy interesado en ser vicepresidente", afirmó el senador por Florida de origen cubano en declaraciones hechas a los periodistas en el Capitolio de Washington, sede del Congreso de Estados Unidos.
En sus primeras declaraciones públicas desde que suspendió su campaña presidencial, el pasado martes, Rubio también adelantó que no se presentará a gobernador de Florida ni a la reelección como senador. "Voy a terminar mi mandato en el Senado durante los próximos diez meses (...) y en enero seré un ciudadano privado", subrayó Rubio.
El senador anunció el pasado martes su retirada de la carrera presidencial tras reconocer la "gran victoria" del polémico magnate Donald Trump en las elecciones primarias que se celebraron ese día en Florida.
Trump cuenta ahora solo con dos rivales en la lucha por la candidatura republicana a la Casa Blanca para las elecciones de noviembre próximo: el senador ultraconservador de origen cubano por Texas Ted Cruz y el gobernador de Ohio, el moderado John Kasich.
Rubio, gran esperanza del aparato del Partido Republicano para frenar a Trump, a quien el sector tradicional de la formación rechaza por su discurso xenófobo, populista y violento, se declaró hoy "orgulloso" de su campaña, pero admitió que no llegó "lo suficientemente lejos". "Aún hay tiempo para impedir la nominación de Trump, que creo que facturará al partido y dañará al movimiento conservador", aseveró el ya excandidato presidencial.
Trump acumula 673 delegados desde que comenzó el proceso de elecciones primarias y caucus (asambleas populares) el pasado 1 de febrero, más de la mitad de los 1.237 necesarios para alcanzar la candidatura presidencial. Esos delegados deben validar la designación del candidato presidencial en la Convención Nacional Republicana de julio próximo.
Muy a la zaga van Cruz y Kasich, quienes cuentan con 411 y 143 delegados, respectivamente. Sin embargo, el multimillonario tendrá que acelerar su ritmo de victorias a fin de alcanzar los 1.237 delegados necesarios para evitar una Convención Nacional disputada, es decir, sin un candidato presidencial que no alcanza la mayoría.
Ese escenario, que no tiene precedentes desde 1976 y que persigue con ahínco el aparato del Partido Republicano para desbancar a Trump, daría a los delegados libertad de voto y podría incluso abrir las puertas a un candidato que no haya participado en las primarias.
El magnate neoyorquino advirtió este miércoles de que habrá "disturbios" si llega a la Convención Nacional con ventaja en el número de delegados, pero el partido decide cuestionar su liderazgo en las elecciones primarias.