El Gobierno de Mali decretó hoy el estado de emergencia en respuesta a la ofensiva lanzada por los grupos rebeldes salafíes que controlan el norte del país desde el pasado junio, informó el ministro de Comunicación y portavoz del Ejecutivo, Manga Dembelé.
El anuncio se produjo tras una reunión extraordinaria del Consejo de Ministros encabezada por el presidente Dioncunda Traoré, quien tiene previsto dirigirse a la nación a las 20.00 horas GMT.
Desde le jueves, el Ejército de Malí intenta frenar la ofensiva insurgente y recuperar esa localidad de Kona, en el centro-este del país, que los rebeldes aseguran haber conquistado.
El presidente francés, Francoise Hollande, anunció esta tarde que fuerzas de su país cooperan en esta operación, mientras que una fuente del ministerio de Asuntos Exteriores confirmó a Efe que en el operativo también están implicadas tropas senegalesas, nigerinas y nigerianas.
Una fuente militar maliense que pidió no ser identificada afirmó, por su parte, que el Ejercito nacional pretende hacerse también con el control de Duentza, localidad situada a 120 kilómetros al este de Kona.
Ansar al Din, principal grupo rebelde islamista del norte de Mali, aseguró el jueves haber ocupado la ciudad de Kona tras varios días de ofensiva, declaración que causó una reacción internacional de apoyo al gobierno central de Bamako, sumido en una crisis institucional y territorial.
Según fuentes militares, el capitán Amado Haya Sanogo, el jefe de la junta militar que el 22 de marzo derrocó al presidente Amado Tumani Turé, se ha desplazado al frente, situado a unos 70 kilómetros al norte de Mopti, capital de la provincia del mismo nombre y fronteriza con el norte rebelde.
Sanogo aterrizó junto a otros miembros de la junta en el aeropuerto de Sevaré, a una veintena de kilómetros de Mopti y donde se encuentra un importante centro de operaciones militares.
La fuente, que indicó que Sanogo había viajado con material militar, no precisó si el influyente militar permanecerá en Mopti o regresará a Bamako, donde esta noche se espera un discurso del jefe de Estado, Dionkunda Traoré.
La tensión por los acontecimientos ha llegado hasta la capital donde ha sido asaltada la compañía de transporte SONEF, que está acusada de facilitar vehículos a los tuareg, que también se levantaron en armas meses atrás en busca de la independencia en el norte del país, informaron fuentes de seguridad a Efe.
Aprovechando el vacío que siguió a la caída de Turé, el grupo independentista tuareg Movimiento Nacional de Liberación de Azawad (MNLA) se hizo con el control del norte del país, una región de 850.000 kilómetros cuadrados conocida como Azawad.
Sin embargo, sus relaciones con Ansar al Din, con quien mantenían diferencias ideológicas y políticas, desembocaron en un enfrentamiento armado que se decantó del lado de los radicales islámicos de Ansar al Din, que contaban con el apoyo del grupo terrorista Monoteísmo y Yihad en África Occidental (MYAO) y la connivencia de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI).
El conflicto ha causado 260.000 refugiados y más de 200.000 desplazados, en un país donde, según la ONU, tres millones de habitantes están amenazados por el hambre.
FRANCIA ACUDE AL RESCATE DE MALI
Francia prometió hoy acudir al rescate del Gobierno de Mali ante el avance de las fuerzas islamistas que controlan el norte del país y tras el llamamiento de socorro lanzado por el presidente maliense, Dioncounda Traoré.
Al día siguiente de recibir la petición de ayuda de Mali, el presidente francés, François Hollande, anunció hoy una intervención armada francesa si continúa la amenaza que representan estos grupos, entre los que se encuentran Ansar Al Din, Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) y Monoteísmo y Yihad en África Occidental (MYAO).
Las tropas regulares malienses no pueden detener el avance de los rebeldes, que en las últimas 48 horas han avanzado desde su bastiones en el norte de Mali (zona que controlan desde mediados de 2012) y han tomado el bastión de Konna, lo que les abre las puertas del sur del país, todavía controlado por el Ejército regular.
Hollande consideró ese avance como una "agresión" que pone en peligro la estabilidad de Mali y que, dado su cariz salafista y yihadista, amenaza también a Francia y al resto del mundo.
El presidente francés abrió así la puerta a una intervención armada directa, aunque no precisó sus modalidades ni el momento en el que tendrá lugar.