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El presidente de Venezuela califica de ataque terrorista el asalto fallido a la base de Paramacay. En busca y captura siguen varios de los 20 hombres que en la madrugada del sábado lograron sustraer armas y municiones. Nicolás Maduro intenta demostrar unidad en el Éjercito mientras que la oposición exige explicaciones y llaman a los militares a levantarse contra el régimen chavista.

Dos muertos, un herido y diez detenidos dejó el asalto, informó el presidente Nicolás Maduro. "La metodología de seguridad dio como resultado (...) dos fueron abatidos por el fuego leal a la patria, uno está herido. De estos diez atacantes que quedaron en las instalaciones del Paramacay, nueve son civiles y solo uno es un teniente desertor", dijo en su programa "Los domingos con Maduro".

El jefe de Estado venezolano indicó que el teniente ya está capturado y prestando colaboración "activamente", al igual que otros siete civiles.

Según Maduro, ya se han abierto "los juicios" correspondientes para los capturados, que están declarando sobre lo ocurrido, y pidió "pena" para todos ellos, que aseguró "no tendrán ningún beneficio".

El ataque a la unidad militar fue dado a conocer a través de un vídeo en el que un grupo de unos 20 hombres vestidos de militares portando armas largas acompañan a un portavoz que se identifica como "capitán Juan Caguaripano" y "comandante de la operación David Carabobo".

Fuentes militares informaron a Efe que aunque la situación está en calma en el fuerte de Carabobo, los rebeldes lograron sustraer 93 fusiles modelo AK-103 y cuatro lanza granadas.

Esta misma fuente indicó que comisiones del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), policía científica y otros cuerpos de seguridad se encuentran realizando "un barrido" o inspección minuciosa en las cercanías del fuerte para intentar capturar a otros insurgentes y localizar el armamento sustraído.

Tras los hechos, las Fuerzas Armadas expresaron su lealtad a Maduro y a la revolución bolivariana, y aseguraron que los apresados han confesado haber sido "contratados" por la "extrema derecha venezolana" (un término habitual del oficialismo para referirse a la oposición) para ejecutar su acción de hoy.

Para la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática, lo sucedido en la base "refleja la división y el quiebre institucional" que la Constituyente y los abusos y la mala gestión que le recriminan a Maduro habrían creado en las Fuerzas Armadas, uno de los pilares de la revolución chavista.

El presidente del Parlamento venezolano, el opositor Julio Borges, pidió al Gobierno de Nicolás Maduro la verdad sobre lo que sucedió con la sublevación y le instó a que no culpe a la oposición de lo sucedido.