Las autoridades venezolanas han hallado el cuerpo sin vida del empresario gallego afincado en Venezuela, Jaime Carrera Cortegoso, de 68 años y natural de Gondomar (Pontevedra), y de dos de sus empleados, que permanecían en paradero desconocido desde el pasado 3 de junio, según ha publicado el diario venezolano El Universal.
Tal y como apunta este medio, los tres cadáveres fueron hallados enterrados en una zona montañosa del sector San Casimiro, al sur del estado venezolano de Aragua, tras las averiguaciones realizadas por funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc).
Así, señala que las autoridades capturaron a un sujeto conocido como 'Angel', que admitió su participación en el secuestro y reveló que los tres hombres estaban muertos, indicando que el lugar dónde estaban enterrados.
A raíz de ello, para capturar a otros implicados se dispuso un operativo, en el que en un enfrentamiento con los policías cayeron muertos tres de los secuestradores, identificados por el diario venezolano como 'El Pastor', 'El Menor', y 'El Sandy'.
Familiares de Jaime Carrera confirmaron a Europa Press que el empresario permanecía en paradero desconocido desde el pasado 3 de junio. El hombre, que vivía en Venezuela desde hace décadas, trabajaba en el sector avícola y, junto con su familia, era propietario de un negocio de cría de pollos.
El pasado 3 de junio, a primera hora de la mañana, Jaime se disponía a entrar, junto a dos empleados, en una de las granjas, en Vallecito, en el municipio de San Casimiro, cuando los secuestradores salieron del interior de las instalaciones, armados y encapuchados, y se llevaron a Carrera y a los dos trabajadores, en el vehículo del primero.
EL RESCATE
Los captores se pusieron poco después en contacto con la familia, para pedir un rescate de cinco millones de bolívares, aunque luego aceptaron 4,5 millones (unos 635.000 euros). Asimismo, les llamaron para devolver el coche que habían robado en la huida.
Según las fuentes consultadas por Europa Press, la familia logró reunir el dinero, y un sobrino de Jaime Carrera lo entregó a una persona que, han afirmado los allegados, "quedó conforme". No obstante, desde entonces la familia siguió sin conocer su paradero.