Shinzo Abe el ex primer ministro japonés ha muerto hoy tras recibir disparos mientras participaba en un acto electoral en la ciudad de Nara. Con él se cierra la lista de dirigentes políticos mundiales que han sido asesinados en los últimos 50 años. Todos ellos con una característica en común: ya no ejercían responsabilidades de gobierno.
Aldo Moro, fue uno de ellos, presidió el Gobierno italiano, en 1978 Moro fue secuestrado por las Brigadas Rojas y, tras 55 días de cautiverio, los terroristas anunciaron su asesinato el 9 de mayo.
El 17 septiembre de 1980 fue asesinado Anastasio Somoza Debayle, que presidió Nicaragua entre 1967 y 1979. El expresidente, que se había exiliado en Paraguay, fue tiroteado por un comando guerrillero argentino en Asunción.
El 22 de enero de 1982 murió Eduardo Frei Montalva, líder que gobernó Chile hasta 1970, por una complicación en una operación quirúrgica a la que había sido sometido. En este caso, se especuló sobre la verdadera razón de la muerte, llegando a condenar a seis personas por el crimen, pero en enero de 2021 la Corte chilena revocó la sentencia y les exculpó.
El 25 de mayo de 1991 murió Rajiv Gandhi, ex primer ministro de la India en un atentado de los Tigres de Liberación de la Patria Tamil, cuando iba a presidir un mitin electoral.
El 27 de diciembre de 2007 fue asesinada Benazir Bhutto, que había sido primera ministra de Pakistán en dos ocasiones. Bhutto, que había regresado al país tras ocho años y medio de exilio, fue tiroteada poco después de pronunciar un discurso en la ciudad de Rawalpindi. Tras los disparos, un carga explosiva causó la muerte a otras 28 personas.
El 14 de febrero de 2005 un coche bomba acabó en Beirut con la vida de Rafiq Hariri, que había sido primer ministro libanés en dos ocasiones. Se atribuyó al grupo Hizbulá.
El 13 de febrero de 2004 murió en un hospital en Doha (Catar) el ex presidente checheno Salim Khan Yandarbiyev tras la explosión de un coche bomba en la capital catarí, causado por dos espías rusos. En el atentado también perdieron la vida dos de sus guardaespaldas.
El 20 de septiembre de 2011 el ex presidente de Afganistán y jefe del Consejo de Paz, Burhanudin Rabbani, murió junto a otras cinco personas en un atentado en su domicilio en Kabul.
Otro dirigente afgano, Abdul Saboor Farid Kuhestani, primer ministro del país durante un mes, murió tiroteado cuando salía de su domicilio en Kabul el 2 de mayo de 2007.
Y antes del asesinato de Shinzo Abe, en 2017 el expresidente de Yemen Ali Abdalá Saleh murió a manos de rebeldes hutíes, que después dinamitaron su casa en Saná. Saleh había gobernado Yemen perdió el poder tras las protestas de la Primavera Árabe. Y justo es esa la característica que tienen en común estos ex dirigentes políticos, todos ellos fueron asesinados cuando ya no ejercían ningún cargo relacionado con la política de su país.
