El presidente afgano, Hamid Karzai, rompió hoy a llorar durante un discurso sobre educación en el que repasó los efectos de la guerra, lamentó que los jóvenes se vean obligados a abandonar su propio país y dijo temer por el futuro de su propio hijo.
"No quiero que mi hijo Mirwais (de cuatro años) se convierta en un extranjero", dijo el presidente a la audiencia en un acto en un instituto de Kabul.
"Quiero que vaya a la escuela en Kabul y que le enseñe un profesor afgano, que crezca aquí y que se haga doctor para servir al pueblo", continuó.
El presidente se derrumbó al constatar el éxodo de jóvenes que huyen de la guerra e hizo un nuevo llamamiento a los talibanes para que depongan las armas.
"No podemos tener un país sólo con nuestras propias luchas. Este país no será nuestro por los esfuerzos de otros", exclamó.
"Los talibanes y otros, si se consideran de este país, si se consideran musulmanes y afganos, deben saber que cada bala que disparan impacta en el corazón del país", manifestó.
En 2006, Karzai ya lloró en un evento público en el que lamentó que la infancia de Afganistán sea víctima del terrorismo y de los bombardeos de las fuerzas internacionales desplegadas en el país.
"Crueldad en su máxima expresión", dijo entonces para referirse a la muerte de los niños.