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Los 17 islamistas detenidos el 30 de marzo en varias ciudades francesas tenían relación con Al Qaeda y algunos estaban armados, aunque no tenían vínculos con Mohamed Merah, autor confeso de los asesinatos de Toulouse y Montauban, según dijo hoy el fiscal jefe de París, François Molins. Los arrestados, 13 de los cuales son presentados hoy ante el juez con vistas a su inculpación, pertenecen al grupo salafista "Forsane Alizza" y preparaban acciones en Francia, como el secuestro de un magistrado de Lyon y contra representantes religiosos, informó Molins.

Preveían "cometer acciones violentas en territorio francés" para lo cual se entrenaban físicamente, en particular en parques y bosques de la región de París, y habían comprado armas, una decena de las cuales les fueron requisadas en la redada del pasado viernes, señaló el fiscal en una rueda de prensa.

Uno de ellos, Mohamed Achamlane, al que los miembros del grupo denominaban "el emir", aparece como el jefe de "Forsane Alizza", organización disuelta a comienzos de marzo por el Ministerio del Interior tras la investigación judicial abierta por la Fiscalía el pasado 28 de noviembre, sobre la base de informaciones previas de los servicios secretos franceses. El representante del ministerio público puntualizó que los detenidos en esta operación "no tienen ninguna relación con el caso de (Mohamed) Merah", en alusión al autor confeso de las muertes de Toulouse y Montauban, y que no habían estado en contacto con él ni con su hermano, Abdelkader, actualmente en prisión.

Explicó que en su web, el "Forsane Alizza" reclamaba "la creación de un califato en Francia", la aplicación de la sharia (la ley islámica) y se preparaba para "una guerra civil".Los cabecillas de este grupo salafista, que además de en París tenían presencia en otras ciudades francesas como Lyon, Nantes, Marsella y Niza, mantenían reuniones semanales.

Se decidió llevar a cabo la operación policial el pasado viernes por "la relación entre la voluntad de armarse" y un vídeo en el que "venían a legitimar la Yihad" (la guerra santa). Molins contó que los jueces instructores no querían correr riesgos teniendo en cuenta las pruebas que se habían acumulado contra ellos. También hizo hincapié en que "hay pocas dudas sobre las intenciones de este grupo", y para ilustrarlo se refirió a un comunicado sin fecha en el que se exigía a Francia "un pacto de no agresión a la comunidad musulmana" que debía traducirse en el fin de la intervención militar en países de mayoría islámica porque en caso contrario la organización se consideraría "en guerra".

La Fiscalía va a pedir la imputación de los miembros de la red presentados ante el juez por terrorismo (delito castigado en Francia con hasta 10 años de encarcelamiento) y por tenencia y transporte de armas, así como su ingreso en prisión provisional.