El OIEA informó de que Irán ha producido hasta ahora unos 2.800 kilos de uranio poco enriquecido -mil kilos más que en noviembre pasado-, cantidad que los expertos consideran suficiente para fabricar entre dos y tres bombas nucleares.
En su más reciente informe técnico sobre Irán, al que tuvo acceso Efe, la agencia nuclear de la ONU reitera su preocupación por las posibles dimensiones militares del programa atómico iraní, bajo inspección internacional desde hace siete años.
El documento restringido agrega que Irán sigue violando todas las resoluciones relevantes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y de la Junta de Gobernadores de la agencia atómica.
Desde hace años, los órganos máximos de la ONU y del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) exigen que Irán suspenda su programa de enriquecimiento de uranio, que congele la construcción de un reactor de agua pesada y aplique un régimen especial de inspecciones, entre otros asuntos.
Desde el año 2006, el Consejo de Seguridad de la ONU ha dictado cuatro rondas de sanciones diplomáticas, comerciales y nucleares contra la República Islámica, con el objetivo de impulsar un acuerdo dialogado con Teherán.
"Irán no ofrece la cooperación necesaria para permitir al organismo confirmar que todos sus materiales nucleares son destinados a actividades pacíficas", lamenta en el informe el director general del OIEA, el japonés Yukiya Amano.
"Es esencial -agrega- que Irán coopere en estos asuntos. El paso del tiempo y el posible deterioro del acceso a algunas informaciones relevantes aumentan la urgencia".
En ese sentido, un diplomático cercano al OIEA destacó hoy en declaraciones a Efe en Viena que "no ha habido ningún tipo de progreso en cuanto a las posibles dimensiones militares del programa nuclear".
Desde hace años, el OIEA investiga las "posibles dimensiones militares" del programa nuclear iraní sobre la base de información recibida de Estados Unidos y varios de sus aliados europeos.
Irán afirma que estas alegaciones, que entre otros asuntos hablan de posibles experimentos con explosivos especiales, son falsas y manipuladas, por lo que se niega debatir el asunto con el organismo nuclear de la ONU.
Por otra parte, según el OIEA, a finales de agosto había 8.856 centrifugadoras instaladas en la planta de enriquecimiento de Natanz (centro del país), con sólo 3.772 unidades en funcionamiento.
A pesar de que el plan inicial de Irán era construir en esa planta 50.000 centrifugadoras para la producción industrial de combustible nuclear, el número de equipos se mantiene estable desde el año pasado por debajo de las 9.000 unidades.
Eso también hace crecer las sospechas sobre las intenciones verdaderas del programa nuclear iraní.
Según el más reciente recuento del OIEA, Irán ha producido desde febrero de 2007 un total de 2.803 kilos de uranio poco enriquecido (con una pureza inferior al 5 por ciento), unos mil kilos más que en noviembre pasado, lo que se corresponde con el ritmo de producción alcanzado en los últimos dos años y medio.
De estas reservas almacenadas por Irán, unos 310 kilos han sido utilizados para producir unos 22 kilos de uranio enriquecido hasta el 20 por ciento, con los que pretende fabricar combustible para un reactor científico en Teherán.
Los expertos consideran que al enriquecer uranio hasta esos niveles, los iraníes avanzan en sus conocimientos sobre la forma de controlar el proceso para purificar uranio hasta el 90 por ciento, lo que le permitiría fabricar bombas atómicas.
Se estima que con una tonelada de uranio poco enriquecido se consigue suficiente uranio altamente enriquecido para fabricar una bomba atómica.
Por esa razón, el enriquecimiento de uranio se encuentra en el centro de la disputa sobre el programa nuclear, ya que ese material tiene aplicaciones tanto civiles como militares.
Estados Unidos y la Unión Europea (UE) temen que, bajo el paraguas de un programa civil, Irán esté desarrollando las capacidades para hacerse con materiales de fisión para poder construir una bomba.
Teherán rechaza estas alegaciones y dice que su programa atómico sólo tiene intenciones pacíficas como la generación de energía eléctrica y la lucha contra el cáncer.
El último informe del OIEA se ha concluido una semana antes de la próxima reunión de la Junta de Gobernadores del OIEA en Viena, donde la cuestión del programa nuclear Iraní volverá a acaparar gran parte de la atención.