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La Justicia iraní ejecutó hoy a dos hombres a los que acusaba respectivamente de espiar para los servicios secretos israelíes (Mosad) y pertenecer al grupo opositor armado en el exilio, Muyahidin Jalq (Combatientes del Pueblo), al que Teherán considera terrorista.

Según la agencia estatal de noticias local Irna, que cita un comunicado del Poder Judicial, ambos convictos fueron ahorcados al amanecer de este martes en un patíbulo instalado en el patio de la prisión de Evin, situada en el norte de la capital.

El primer hombre, identificado como Ali Akbar Siadat, había colaborado con el Mosad entre 2004 y 2008, año en el que fue detenido cuando al parecer trataba de abandonar el país, explica el documento.

La nota añade que el acusado "recibió 60.000 dólares de los servicios secretos israelíes a cambio de la entrega de información clasificada".

Además, afirma que Siadat estableció contacto con embajadas israelíes en países como Turquía, Tailandia u Holanda, para proveerles de información sobre "los misiles en poder de la Guardia Revolucionaria iraní", cuerpo de elite de las Fuerzas de Seguridad iraníes.

"Transfirió al enemigo información sobre bases militares, aviones de combate, vuelos de prácticas, accidentes aéreos y sistemas de defensa aérea de la Guardia Revolucionaria", agrega la nota.

Fue detenido hace dos años junto a su mujer cuando trataba de abandonar el país y en su poder fue hallado un ordenador y 29 páginas con información clasificada, concluye.

El domingo, el fiscal general de Teherán, Abas Yafari Dolatabadi, anunció que la Justicia iraní había condenado a muerte a una persona acusada de "espiar a favor de Israel", aunque evitó identificar al reo.

El responsable se limitó a señalar que la sentencia había sido dictada por un tribunal revolucionario de la capital y que la identidad del presunto "espía del régimen sionista" sería revelada una vez que la condena fuera ratificada.

Se desconoce si la persona a la que se refería Dolatabadi es el hombre ejecutado hoy.

Irán ya ejecutó en 2008 a otro ciudadano iraní condenado por espiar para Israel, estado que no reconoce, al que considera su enemigo y al que acusa de tratar de desestabilizar el país.

El segundo ajusticiado ha sido identificado como Alí Saremí, y según las autoridades iraníes estaba acusado de Mohareb (guerrear contra Dios o contra la República Islámica) y hacer propaganda en contra del régimen.

La nota explica que el hombre "fue detenido en el invierno de 1983 por colaborar con los Muyahidin Jalq (MKO, en sus siglas en inglés) y condenado a tres años de prisión por una corte revolucionaria, aunque la sentencia quedó en suspenso durante cinco años".

Fue nuevamente arrestado en el verano de 1989 por el mismo delito y condenado entonces a muerte, aunque la pena fue reducida a diez años de reclusión mayor por el Tribunal Supremo de la ciudad santa de Qom, agrega.

El documento señala, asimismo, que Saremí viajó en 2002 a "Camp Ashraf", el campo de refugiados del MKO situado en Irak, donde habría recibido adiestramiento terrorista antes de regresar a Irán para seguir con su actividad.

Por ello, fue arrestado de nuevo en 2005, acusado de difundir propaganda en contra del régimen y fue condenado de nuevo a seis años de prisión, pena que posteriormente fue reducida a un año de prisión mayor.

"Finalmente, fue arrestado una vez más al final del verano de 2007 acusado de dirigir reuniones de una organización antirrevolucionaria y condenado a muerte, sentencia cuya apelación fue rechazada", apostilla.

Fundada en la década de los setenta como organización de base marxista, los Muyahidin Jalq (Combatientes del Pueblo) pasaron a la oposición armada tras el triunfo de la Revolución Islámica en 1979 y lanzaron ataques contra el régimen desde el vecino Irak, donde encontraron refugio bajo el gobierno de Sadam Husein.

Irán les acusa, entre otros delitos, de participar y espolear las manifestaciones que estallaron tras la polémica reelección en 2009 del presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, que la oposición considera fruto de un fraude masivo.

Durante la represión de las mismas, fue detenido un amplio número de personas acusadas de pertenecer a esta organización.

En Irán rige una interpretación de la ley islámica, o Sharia, que condena a la pena capital a los asesinos, a los violadores, a los narcotraficantes y a aquellos que hagan la guerra a Dios, delito conocido como "Mohareb" y en el que se incluye el espionaje a favor del enemigo.

Según las estadísticas que maneja la organización internacional de defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional, la República Islámica es, con más de 300 ahorcamientos al año, el segundo país del mundo que más ejecuciones realiza, solo por detrás de China y por delante de Arabia Saudí y Estados Unidos.