El Gobierno y la oposición egipcia han alcanzado un acuerdo para la formación de una comisión que estudiará la introducción de reformas en la Constitución en un proceso no respaldado por los jóvenes que mantienen tomada la plaza Tahrir (Liberación) y que continúan exigiendo la dimisión del presidente Hosni Mubarak.
Destacadas figuras opositoras han explicado que las conversaciones mantenidas con el vicepresidente egipcio, Omar Suleiman, han sido positivas, aunque aún no se ha llegado a un acuerdo integral sobre un programa de reforma política.
"Rechazamos por principio tanto el diálogo como la negociación antes de la marcha de Mubarak. Estamos abiertos a tratar el futuro, pero sólo después de que se vaya Mubarak", ha explicado uno de los miembros del Movimiento 6 de Abril, uno de los principales grupos tras las protestas masivas desatadas hace trece días, Mohamed Adel.
Estas conversaciones del vicepresidente con otros grupos opositores obvian "las demandas del pueblo", dijo Adel, cuya organización, no está incluido en las negociaciones iniciadas por Suleiman.
En las negociaciones sí estaba representado en cambio el grupo islamista ilegalizado Hermanos Musulmanes, hasta ahora marginado y perseguido, aunque tolerado, por el régimen de Mubarak.
El comunicado resultante de la reunión difundido por el Gobierno no incluye mención alguna a una futura dimisión de Mubarak, sino que insiste en las propuestas de reforma planteadas por el propio presidente egipcio en su discurso del pasado 1 de febrero. Entonces, Mubarak aseguró que no dimitiría hasta que concluyera su mandato, en septiembre.
El texto promete que el Gobierno iniciará las gestiones para la liberación de los activistas encarcelados y que adoptará medidas para garantizar la libertad de prensa.
Además, la leyes que establecen el estado de emergencia serán derogadas "conforme a las condiciones de seguridad", lo que da un amplio margen de maniobra al Gobierno en virtud de su interpretación.
Un portavoz de los Hermanos Musulmanes, Monem Abul Fotú, ha explicado que el grupo ha reiterado su exigencia de enmiendas constitucionales. En concreto, piden la reforma de los artículos que establecen estrictas restricciones a quién puede ser candidato a la Presidencia.
"Necesitamos que el presidente Mubarak cambie por decreto presidencial los artículos 76 y 77, disuelva el Parlamento, libere a todos los presos políticos que tan bien conoce el Gobierno y ponga fin al estado de emergencia", ha indicado Fotú. "Hasta entonces, los jóvenes seguirán en las calles y, al mismo tiempo, continuarán las negociaciones", dijo.
Otros grupos opositores también se han mostrado optimistas. "La reunión ha sido positiva en términos generales, pero es sólo el principio. Valoramos el encuentro con Omar Suleiman aparte, tras la reunión general con todas las fuerzas políticas", ha indicado por su parte Mustafa Naggar, coordinador de la Asociación Nacional por el Cambio, el movimiento de Mohamed ElBaradei.
"Hemos exigido una transformación democrática completa y no reformas parciales. Sin embargo, Suleiman respondió que la 'democracia llega en fases y espero que haya un pacífico periodo de transición y el gobierno civil'", afirmó Naggar.
Los encuentros con Suleiman comenzaron ayer a pesar de que tanto los Hermanos Musulmanes como otras formaciones habían prometido no negociar con el Gobierno hasta la marcha de Mubarak.
Los Hermanos Musulmanes dicen que los acuerdos son insuficientes
Los Hermanos Musulmanes de Egipto afirmaron que los acuerdos anunciados al final de la reunión mantenida hoy por la oposición con el vicepresidente Omar Suleimán "no son suficientes" y que el encuentro "sólo fue un primer paso".
"La reunión de hoy es tan sólo un primer paso para examinar al régimen y ver si realmente tiene buenas intenciones", afirmó en una rueda de prensa el dirigente de la organización islámica Saad Katatni, que participó en el encuentro, el primero de los Hermanos Musulmanes con un representante del Gobierno desde que estalló la revuelta popular en Egipto.
"El diálogo todavía no conduce a nada (...). La mayoría de las peticiones no han sido respetadas", afirmó.
Entre esas demandas citó la renuncia de Mubarak, una exigencia que venían poniendo los grupos de la oposición como condición previa para cualquier diálogo con las autoridades egipcias.
Pero ahora, según aclararon los dirigentes del grupo islámico, Egipto vive "en una nueva legitimidad", ya que el régimen de Mubarak "si está, es tan sólo de una manera física".
Mubarak anunció recientemente que no tenía intención de presentarse a las elecciones presidenciales de septiembre. De hecho, nombró a un vicepresidente, Suleimán, para ocupar un puesto vacante desde que llegó al poder en 1981.
"Es un momento que los Hermanos Musulmanes no podemos dejar pasar", afirmó Katatni, quien dijo que su presencia en el diálogo impulsado por el Gobierno busca "dar garantías a los derechos de la revolución".