El Gobierno brasileño anunció que está "abierto al más amplio diálogo" con los sectores políticos y sociales que ayer domingo sacaron a más de un millón de personas a la calle para protestar por la gestión de la presidenta, Dilma Rousseff.
"Reconocemos el carácter democrático de las manifestaciones" y "reafirmamos que el Gobierno esta enteramente dispuesto al diálogo" con todos los sectores políticos y sociales, "los que lo apoyan y los que están en contra", dijo en rueda de prensa el ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo.
"La primera respuesta que se debe dar a unas manifestaciones es escucharlas. Hay que oír la voz de la calle y no importa si aplaude o abuchea al Gobierno", indicó Cardozo, quien junto al ministro de Minas y Energía, Eduardo Braga, informó sobre una reunión en la que Rousseff analizó la situación con sus más inmediatos colaboradores.
El ministro aseguró que la convocatoria a ese diálogo es hecha "con humildad", pues "es fundamental" para el país que "se superen las diferencias, se busquen las convergencias y se construyan las alternativas necesarias para actuar bien en los campos económico y político".
Cardozo dijo que, según el análisis del Gobierno, las protestas de este domingo, las mayores desde las manifestaciones de 2013, han tenido entre sus combustibles la indignación de la ciudadanía con el escándalo de corrupción en la empresa Petrobras, por el que son investigados 50 políticos.
"Es un hecho que la corrupción existe hace muchos años", pero "también es un hecho que las condiciones creadas en los últimos tiempos para la investigación y el fortalecimiento de los mecanismos de control mejoraron la lucha contra este mal", aseguró.
También reiteró que, esta misma semana, el Gobierno anunciará una nueva serie de medidas para reforzar la lucha contra la corrupción, sobre las cuales no adelantó detalles.
Cardozo insistió en que, para "cerrarle la puerta" a la corrupción, es necesario que se debata y se concrete una reforma política que se debate desde hace más de una década sin llegar al consenso entre las fuerzas representadas en el Congreso.
"Brasil necesita reflexionar sobre eso", porque además de que las autoridades combatan la corrupción cuando se detecta, también urge que "se ataquen las causas que la generan", entre las cuales está la financiación de campañas por parte de empresas, sostuvo.
Cardozo adelantó que Rousseff, que aún no se ha pronunciado públicamente sobre las manifestaciones de ayer domingo, "lo hará en los próximos días" y garantizó que, pese al carácter multitudinario de las protestas, "se mantiene firme".
La presidenta "no es frágil, es muy firme frente a los desafíos que se le ponen por delante", afirmó.