La nueva coalición de Gobierno que dirigirá Bélgica durante los próximos cinco años, formada por cuatro partidos de centroderecha y encabezada por el liberal francófono Charles Michel, prestó hoy juramento ante el rey Felipe justo después de que el monarca aceptase al nuevo gabinete.
Los 14 ministros y cuatro secretarios de Estado del nuevo Ejecutivo federal juraron "fidelidad al Rey, obediencia a la Constitución y a las leyes del pueblo belga", en una breve ceremonia celebrada en el Palacio Real, que marca el comienzo de la legislatura 139 días después de las elecciones generales en Bélgica, que fue retransmitida en directo por la cadena RTBF.
El primero en prestar juramento fue Michel, del partido liberal francófono MR, que lo hizo en las tres lenguas oficiales del país, francés, flamenco y alemán.
Luego siguieron los tres viceprimeros ministros del Gobierno, todos ellos flamencos, Kris Peeters, Jan Jambon y Alexandre De Croo, y el responsable de Asuntos Exteriores y Europeos, el liberal valón Didier Reynders.
Todos juraron el cargo en francés y flamenco, excepto Jambon, del partido independentista flamenco N-VA, que solo lo hizo en esta segunda lengua a modo de "señal", como reconocería tras la ceremonia a la prensa.
Los demás ministros y secretarios de Estado prestaron juramento solo en francés o flamenco, pero tres de los miembros del N-VA lo hicieron con dos dedos levantados formando una uve, al estilo de la señal de victoria, en referencia su lema durante la campaña electoral "Verandering voor Vlaanderen" (cambio para Flandes).
De las 18 carteras que componen el nuevo Gobierno de Bélgica, solo siete están en manos de los liberales francófonos del MR, mientras que todos los demás recaen en partidos flamencos.
Este claro dominio flamenco en el nuevo Ejecutivo refleja el mismo equilibrio de fuerzas existente en la Cámara de Representantes del Parlamento Federal del país, donde 85 de los 150 escaños que la componen los ocupan flamencos, frente a los 65 que tienen los francófonos.
Del total de 85 sitios flamencos, 33 son del independentista N-VA, el partido más votado en las elecciones de mayo pasado, y cuyo líder Bart de Wever, no será ministro del nuevo Gobierno.
Los liberales francófonos del MR tienen, además de a Michel como primer ministro y a Reynders en Exteriores, a Hervé Jamar como responsable de Presupuesto; a Daniel Bacquealine a cargo de Pensiones; a Willy Borsus frente a Pymes, Agricultura e Integración Social; a Marie-Christine Marghem en Energía, y a Jacqueline Galant en Movilidad.
La N-VA se hace, además de con una de las vicepresidencias e Interior, que ocupa Jambon, con las carteras de Finanzas (Johan Van Overtveldt) y Defensa (Steven Vandeput), y con dos secretarías de Estado para Lucha contra la Pobreza (Elke Sleurs) y para Asilo y Migración (Theo Francken).
Los democristianos flamencos del CD&V consiguen Empleo, Economía y Consumidores (Kris Peeters), Justicia (Koen Geens) y la secretaría de Estado de Comercio Exterior (Pieter De Crem).
Los liberales flamencos del Open VLD, por último, colocan además de a De Croo como viceprimer ministro y titular de Cooperación al Desarrollo, a Maggie De Block como ministra de Asuntos Sociales y Salud Púbica, y a Bart Tommelein como secretario de Estado de Lucha contra el Fraude.
La coalición "sueca", como se conoce a la nueva formación de Gobierno por los colores de los partidos que la integran, estará marcada por la juventud del primer ministro, de solo 38 años, el más joven que ha tenido el país desde 1841, y por la inexperiencia en cargos ministeriales de 10 de los 18 ministros y secretarios de Estado.
Michel será además el segundo valón jefe de gobierno en Bélgica desde 1974, tras recoger el testigo del socialista Elio Di Rupo, que dirigió un Ejecutivo formado por socialistas, liberales y democristianos, de las comunidades flamenca y francófona, y que hoy presentó formalmente su dimisión al rey.
La presencia de las mujeres en el nuevo Ejecutivo queda reducida a cuatro de los 18 cargos, tres ministras y una secretaria de Estado.
Tras las elecciones del mayo el rey de los belgas confió la formación de Gobierno al líder del N-VA, Bart de Wever, pero tras su fracaso Michel retomó la tarea.
El acuerdo que ha permitido formar la nueva coalición ya ha suscitado críticas por parte de los socialistas y los cristianodemócratas francófonos del cdH, así como los sindicatos, en especial porque el pacto incluye, entre otras medidas, el retraso de la edad de jubilación en dos pasos, de modo que se elevará a los 66 años en 2025 y a los 67 en 2030.