La Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía) mexicana ofreció una recompensa de 60 millones de pesos (3,8 millones de dólares) para aquel que dé información sobre el paradero del narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán, el doble de lo que había ofrecido la anterior vez que se fugó.
La titular de la PGR, Arely Gómez, justificó el aumento de la recompensa "por tratarse de una persona que ha evadido en dos ocasiones el sistema penitenciario y dado que representa una amenaza para la seguridad pública". Tras anunciar la recompensa, Gómez indicó que los ciudadanos podrán dirigirse a una línea telefónica gratuita para hacer sus denuncias sobre el caso y mostró "una fotografía reciente" del narcotraficante, jefe del cártel de Sinaloa, en la que aparece sin bigote y con la cabeza afeitada.
Gómez aclaró que la PGR "se coordinará con las distintas instancias del Gobierno federal para difundir ampliamente la recompensa" entre los medios de comunicación y la ciudadanía mexicana. La fiscal general detalló que por este caso han sido interrogadas 34 personas que trabajaban en la cárcel, "a quienes se les está determinando su situación jurídica".
También "se han recabado testimonios de 17 internos recluidos en instancias próximas a la celda en que se encontraba Joaquín Guzmán" en el penal, que a su vez ha sido objeto de inspecciones concienzudas, al igual que la casa a medio construir a la que llegó El Chapo tras huir de la cárcel por un túnel de 1,5 kilómetros.
Según Gómez, "se han solicitado (pruebas) periciales en diversas materias" como ingeniería, arquitectura o vídeo. Una vez que haya concluido la recolección de "huellas, indicios y mas elementos de prueba (...) se permitirá el acceso a los medios de comunicación al predio que se encuentra en las afueras del penal", donde está la casa a la que llegó el narcotraficante.
La cárcel Altiplano I, en la que Guzmán se encontraba desde febrero de 2014, es una prisión federal ubicada en Almoloya de Juárez, en el estado de México, a unos 90 kilómetros de Ciudad de México.
Es la segunda vez que Guzmán se escapa de una cárcel de máxima seguridad, después de huir de la de Puente Grande, en la ciudad de Guadalajara (oeste de México) en enero de 2001.