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La Fiscalía de Génova ha abierto una investigación para esclarecer las causas del derrumbe el martes de un tramo de un puente en esa ciudad italiana, que ha causado una treintena de muertos, y teme que la razón haya sido "un error humano". "No ha sido una fatalidad, sino un error humano", dijo el fiscal general de Génova, Francesco Cozzi, a la televisión pública Rai.

El fiscal explicó que la investigación tratará de responder a "una sola pregunta, ¿por qué ha sucedido?": "Este es nuestro objetivo y para lograrlo haremos todo lo que sea necesario", agregó.

La retirada de escombros continúa, en el área trabajan mil agentes, entre bomberos, policía municipal, estatal, miembros de protección civil y equipos de emergencia que buscan posibles supervivientes y limpian la zona con la mayor celeridad posible.

El Gobierno italiano se ha trasladado a Génova para mantener una reunión extraordinaria y decidir qué medidas tomar. De momento, el ministro de Infraestructuras, Danilo Toninelli, exigió la dimisión de los directivos de la concesionaria Autoestrade per l'Italia, filial de Atlantia y responsable del mantenimiento del puente, después de que la compañía comunicara que estaba trabajando para asegurar el pavimento.

El ministro del Interior, Matteo Salvini, dijo que lo mínimo que puede hacer el Ejecutivo es retirar la concesión a la compañía. "Una compañía, como la que maneja ese tramo de autopista, que genera miles de millones de ganancias, debe explicar a los italianos por qué no ha hecho todo lo posible para reinvertir una parte de esas ganancias en seguridad", declaró a la emisora Radio 24.

MANUTENCIÓN DEFICIENTE Y MATERIALES POBRES

El directivo de la compañía Stefano Marigliani garantizó hoy en declaraciones a la Rai que las labores estaban siendo supervisadas y que no había elementos que advirtieran de un inminente peligro, por lo que no descartan "ninguna hipótesis".

Una manutención deficiente y unos materiales pobres son algunas de las causas que explican que en los último cinco años se hayan desplomado otros cinco puentes en diversas regiones del país, según Massimo Mariani, del Consejo Nacional de Ingenieros.

Uno de los ingenieros que criticó lo ocurrido en Génova con mayor firmeza es el genovés Antonio Brancich, que ya había alertado en 2016 de que el viaducto presentaba posibles fallos. "Yo ya había hablado de la tipología del puente, construido con materiales frágiles y que ha necesitado de un continuo mantenimiento en los últimos años", declaró a la televisión pública.

También el inspector Settimo Martinello, director general de 4 Emme, empresa de Bolzano que se ocupa de inspecciones y controles en puentes del país, recordó que muchos "puentes italianos tienen riesgo de derrumbarse" y que cada años "se vienen abajo varios".

El director del Instituto de tecnología de la construcción, Antonio Occhiuzzi, argumentó que "gran cantidad de puentes en Italia han superado el tiempo para el que fueron construidos".

El siniestro en Génova ha sido el último de una serie de puentes que se han hundido en los últimos años, el más reciente se remonta a abril de 2017, cuando se desmoronó un viaducto en una carretera de la localidad de Fossano, en la región de Piamonte (norte).