El fiscal pidió un mínimo de diez años de prisión para el atleta Oscar Pistorius, declarado culpable de homicidio por matar a tiros a su novia, mientras que su defensa propuso una pena de arresto domiciliario y trabajos sociales.
Ambas partes realizaron sus peticiones durante la última jornada del procedimiento de la sentencia celebrado durante toda esta semana en el Tribunal Superior de Pretoria, que emitirá su decisión el próximo martes.
Según prevé la legislación sudafricana, el delito de homicidio conlleva penas que van desde una sentencia suspendida -lo que dejaría a Pistorius en libertad vigilada- hasta un máximo de quince años de prisión.
"La pena mínima con la que la sociedad estará satisfecha son diez años de cárcel", dijo el fiscal, que sugirió a la jueza del caso que dicte una sentencia efectiva de diez años, más una suspendida de otros cinco, que Pistorius cumpliría en libertad supervisada.
Por su parte, la defensa justificó su propuesta en que el corredor -de 27 años- ya ha sido castigado desde que ocurrió el crimen, en febrero de 2013, con el cargo presentado "sin fundamento" por la fiscalía de asesinato premeditado.
Pistorius mató a tiros a Steenkamp a través de la puerta del baño de la habitación que compartían en la casa del corredor en Pretoria, la madrugada del 14 de febrero del año pasado.
La jueza aceptó la versión del atleta, según la cual disparó al confundir a su novia con un intruso, y consideró que el acusado no podía prever la muerte de la persona que se hallaba en el retrete.
Esta decisión evitó a Pistorius, de 27 años, la condena por asesinato, pero la jueza cree que el velocista actuó con negligencia al disparar contra la amenaza percibida en lugar de buscar otras alternativas, como pedir auxilio.
"La negligencia bordea la intencionalidad. Diez años es lo mínimo", declaró el fiscal, al recordar que -según el veredicto- el deportista tuvo intención de abrir fuego y lo hizo hasta en cuatro ocasiones y a una altura en la que podía alcanzar a la persona que se hallara tras la puerta.
Por su parte, el abogado de Pistorius destacó que las acciones de su cliente estaban "dominadas por la vulnerabilidad y la ansiedad" ante el supuesto peligro, y que nunca obró contra la ley de manera consciente.
Trabajadores sociales llamados a declarar por la defensa esta semana también pidieron que Pistorius no ingrese en la cárcel, al asegurar que las prisiones sudafricanas no están preparadas para acoger a personas discapacitadas como el velocista, que tiene las dos piernas amputadas desde que tenía once meses.
Al respecto, el fiscal destacó que "Pistorius se ha desenvuelto extremadamente bien en la vida" pese a su discapacidad, y rechazó que ésta sea un motivo para que evite la cárcel.
"Decir que la cárcel es un lugar terrible no es un argumento", dijo el fiscal, quien insistió en que "si las prisiones no pueden atender las necesidades de Pistorius, podemos volver aquí, al tribunal", añadió.
Aseguró que el arresto domiciliario que ha propuesto la defensa es, de hecho, la vida que Pistorius "ya hace cada día" en la lujosa mansión de Pretoria en la que vive con su familia. Además, consideró que no condenar a una pena de cárcel al velocista dañaría gravemente la confianza de la sociedad en la justicia.
Por el contrario, la defensa apeló al concepto africano de "ubuntu" o humanidad dentro de la sociedad, según el cual el corredor debería ser condenado a una pena que evite la venganza y haga justicia a la vez que repercuta en el bien de la comunidad.
Para la defensa, Pistorius es "un hombre roto" que desde el crimen "lo ha perdido todo" y ya no puede pagar ni los gastos de su representación legal. "Nunca será absuelto del dolor", dijo Roux, quien agregó que, además, Pistorius lleva consigo "el agravante de la culpa".