Ferguson (Misuri) consolida poco a poco la paz en sus calles tras dos semanas de disturbios por la muerte de un joven afroamericano a manos de un policía y este jueves vivió su segunda noche consecutiva de protesta sin incidentes, con siete arrestos, mientras la Guardia Nacional comienza su retirada.En la avenida West Florissant de Ferguson, epicentro de las protestas, se concentraron menos personas y volvieron a sus casas antes, en la tónica de la madrugada anterior, lo que favoreció una noche sin altercados, informó el capitán de la Patrulla de Carreteras de Misuri, Ron Johnson, en rueda de prensa.
En su habitual comparecencia de balance de la noche, Johnson explicó asimismo que las escuelas de la zona, cerradas por precaución desde que comenzaron los disturbios, "tienen que volver a abrir pero lo harán cuando la comunidad esté segura".
RETIRADA PAULATINA
Esta madrugada fue la primera desde que el gobernador de Misuri, Jay Nixon, ordenara el jueves la retirada paulatina de la Guardia Nacional después de constatar en la noche del miércoles que la calma había vuelto a la ciudad. La pacificación de las calles de Misuri coincidió el miércoles con la visita a Ferguson del fiscal general de EEUU, Eric Holder, el primer secretario de Justicia afroamericano y un líder que desplegó su empatía con la comunidad: "yo también soy un hombre negro", dijo después de explicar que él también había sufrido discriminación racial.
Nixon movilizó el lunes a la Guardia Nacional, un cuerpo estatal al que se recurre en catástrofes naturales y situaciones de desorden público, después de que se intensificaran los enfrentamientos entre la Policía y algunos manifestantes desde el pasado viernes. La decisión de desplegar esta milicia no sirvió el lunes para calmar la situación en Ferguson, que vivió una de las jornadas de disturbios más duras desde la muerte del joven Brown.
En los trece días de protestas que ha vivido Ferguson desde la muerte del joven Michael Brown sólo dos noches han transcurrido en paz: las de los dos últimos días y la del pasado jueves cuando la Patrulla de Carreteras relevó a la policía local, a la que se acusaba de actuar de manera desproporcionada y de exhibir su militarización. En la noche del martes lo que pudo haber sido una noche pacífica quedó frustrada al final con el lanzamiento de varias botellas de cristal contra los agentes, incidentes que desencadenaron la dispersión de la protesta y 47 arrestos.
Las autoridades federales tienen en marcha una investigación independiente sobre lo ocurrido el 9 de agosto, cuando el joven Brown murió tiroteado por un agente en circunstancias aún por esclarecer y con versiones contradictorias de la Policía y los testigos.
El funeral del joven se celebrará el próximo lunes y estará abierto a todos los que deseen acercarse a despedir al adolescente, que acababa de graduarse y se disponía a ingresar en la universidad.