El FBI reveló hoy que ayudantes de la candidata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, usaron un martillo para acabar con alguno de los teléfonos móviles con servidores privados de correo desde donde la demócrata envió mensajes sobre asuntos oficiales cuando era secretaria de Estado (2009-2013).
Ese es solo uno de los detalles que aparecen en dos documentos, uno de 11 páginas y otro de 47, publicados hoy por el Buró Federal de Investigación (FBI) y que constituyen las pruebas más detalladas hechas públicas hasta ahora sobre la investigación del FBI, que acabó sin cargos para la exsenadora y ex primera dama.
Uno de los documentos, el memorándum de la investigación, menciona el testimonio de uno de los ayudantes de la exsecretaria de Estado, Justin Cooper, quien al ser interrogado por el FBI "recordó dos casos en los que destruyó viejos teléfonos móviles de Clinton partiéndolos por la mitad o golpeándolos con un martillo".
En total, según muestran los documentos, Clinton usó 13 teléfonos móviles y cinco tabletas, desde los que accedió a varios servidores privados con el dominio personal de los Clinton (clintonemail.com).
No obstante, el FBI no ha podido examinar todos los dispositivos porque de manera "frecuente" acababan en paradero desconocido los móviles que Clinton ya no utilizaba y a los que había sustituido por un modelo diferente de los celulares BlackBerry, según el testimonio de dos ayudantes de la ex primera dama.
Las afirmaciones que se hacen sobre Clinton en los archivos concuerdan con lo que ha dicho públicamente, aunque la expresión "no lo recordaba" aparece 27 veces en el documento que resume el interrogatorio de tres horas y media al que la candidata demócrata se sometió el 2 de julio en los cuarteles generales del FBI.
En el interrogatorio, Clinton reconoció que "no recordaba" si recibió instrucciones sobre cómo preservar los archivos gubernamentales justo cuando estaba a punto de dejar el Departamento de Estado en 2012, un momento en el que acababa de sufrir un golpe en la cabeza y tuvo que ser ingresada para tratar un coágulo.
"En diciembre de 2012, Clinton sufrió una contusión y luego alrededor de Año Nuevo tuvo un coágulo. Basado en el consejo de su doctor, ella solo podía trabajar en el Departamento de Estado durante unas horas al día y no podía recordar todas las informaciones que había recibido", relata el FBI.
Esta mención a la salud de Clinton puede proporcionar nueva artillería al candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, que ha cuestionado varias veces la salud de la demócrata.
"Las respuestas de Clinton al FBI sobre su servidor privado de correo electrónico son increíbles", opinó en un comunicado Trump, que aseguró que después de leer los documentos del FBI "no entiende" cómo su rival pudo "escapar" de la investigación.
Los documentos hechos públicos hoy supuestamente sirvieron al director del FBI, James Comey, para recomendar en julio al Departamento de Justicia que no se presentaran cargos contra Clinton.
Entonces, Comey criticó el uso "extremadamente descuidado" que hicieron Clinton y sus ayudantes de información muy sensible, pero aseguró que los investigadores no habían encontrado pruebas sobre el deseo de la exsecretaria de Estado de violar las leyes que rigen el manejo de información clasificada.
El cierre de la investigación del FBI parecía haber dado un portazo a la polémica, que se desató a comienzos de 2015, cuando los medios estadounidenses revelaron que, durante sus cuatro años en el Departamento de Estado, Clinton usó en todo momento una cuenta personal para sus comunicaciones.
Pero la publicación de los documentos parece haber encendido de nuevo la mecha a apenas dos meses de que se celebren las elecciones presidenciales y legislativas del 8 de noviembre.
Los líderes republicanos del Congreso consiguieron que el FBI les entregara diferentes documentos relativos a la investigación llevada a cabo durante más de un año sobre Clinton, a la que sometieron durante más de 11 horas a un interrogatorio y que consideran que ha recibido un trato de favor.
Los documentos publicados hoy son una fracción de los facilitados a diferentes comisiones del Congreso.