El Gobierno está estudiando la posibilidad de modificar el Código Penal para considerar como acción terrorista la participación de españoles en conflictos en el extranjero, una medida para hacer frente a la presencia de nacionales que combaten en grupos yihadistas.
Ha sido el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, quien ha avanzado esta posibilidad en su comparecencia en la comisión correspondiente del Congreso para informar de diversas cuestiones de carácter internacional, entre ellas la posición de España frente a la amenaza yihadista que supone el denominado Estado Islámico.
Esa posible modificación del Código Penal sería una de las alternativas que tiene España para colaborar con la comunidad internacional contra el yihadismo.
Ante las interpretaciones de que España no está cooperando de forma suficiente con la coalición internacional contra esta lacra, Margallo ha asegurado que "España nunca ha visto los toros desde la barrera" en la amenaza del yihadismo y ha recordado las numerosas misiones en las que ha participado en el exterior para combatirlo
"Hemos estado y estaremos donde se requiera nuestra presencia y pueda ser mas útil", ha garantizado.
Margallo se ha referido a los principios que deben inspirar las eventuales acciones que se pueden llevar a cabo para hacer frente al terrorismo yihadista y ha señalado que cualquier intervención internacional debe estar de acuerdo con los principios y objetivos de Naciones Unidas.
Ha vuelto a insistir en que la solución militar, "siendo necesaria, no puede ser la única respuesta al yihadismo extremo" y, como ya dijera ayer, ha reiterado que "el yihadismo extremo es un desafío complejo que reclama respuestas complejas".
Para ello, ha apostado por trabajar en el terreno de la diplomacia preventiva, el diálogo político y el refuerzo o la consolidación de las instituciones democráticas.
De la misma forma, ha insistido en que si la comunidad internacional pide a España participar en operaciones militares, será necesario, además del consenso internacional, el "consenso interno" y la aprobación por el Consejo de Ministros y el Congreso.
Algunos de los portavoces de los grupos, como Trinidad Jiménez (PSOE) o Irene Lozano (UPyD), han reprochado a Margallo que el Gobierno no sea lo suficientemente explícito respecto a su participación en la coalición internacional contra el yihadismo.
Jiménez ha dicho que el Gobierno no puede estar "a la espera de las peticiones que le lleguen" y debe ser "proactivo", y ha recalcado que los socialistas defienden formar parte de esa coalición y no estar en "la retaguardia".
"España debe tener una actitud más activa en el seno de la coalición internacional porque la amenaza yihadista nos pilla cerca", ha señalado la exministra socialista, quien ha pedido reforzar en este asunto la colaboración con Marruecos.
Ante ello, el ministro ha considerado "capital" la relación con Marruecos ante cuestiones como la inmigración ilegal o la defensa y seguridad de la frontera sur.
"Estamos haciendo lo posible y lo imposible con el Gobierno marroquí para que esa estabilidad se mantenga", ha señalado Margallo.
Irene Lozano ha considerado que la actitud del Ejecutivo parece querer "reparar el error de hace diez años", cuando el Gobierno de Aznar decidió intervenir en Irak.
Pero tras destacar las enormes diferencias que cree que existen entre aquel momento y el actual, ha considerado que España "debe estar en esa coalición y firmemente comprometida".
Argumentos similares ha utilizado el portavoz de CiU, Jordi Xuclá, quien ha opinado que la actitud del Gobierno supone "una rectificación" de la que tuvo el Ejecutivo de Aznar.
Ante esos comentarios, el ministro ha destacado la necesidad de no cometer errores y se ha mostrado dispuesto a reunirse con los portavoces de los grupos para ir analizando la evolución de la situación.
En su comparecencia, Margallo ha informado también de la política que está siguiendo el Gobierno ante el conflicto en Ucrania y la situación en Gaza.