España evalúa en el Sahel la necesidad de enviar más militares a Mali

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El ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García-Margallo, ha iniciado este sábado en Niamey una gira africana que también le llevará a Mauritania y a Malí, en la que pretende "valorar" si es necesario que España incremento su apoyo a los esfuerzos internacionales para devolver la estabilidad a Malí, donde podría hacer falta una mayor implicación personal y financiera para conseguir imponerse a los islamistas radicales que tomaron el norte de este país.

"La operación de liberación de Malí va a exigir más esfuerzos de los que se habían previsto", ha explicado el jefe de la diplomacia española a los periodistas. Según ha indicado, "se han detectado necesidades adicionales" a las que la comunidad internacional había considerado inicialmente, que apuntan que se van a "requerir recursos adicionales, militares, humanos y financieros".

En concreto, el ministro ha explicado que el Gobierno va a "estudiar" la petición francesa para mandar más tropas a la misión de entrenamiento de la Unión Europea (UE) de las previstas inicialmente en el acuerdo aprobado por el Congreso de los Diputados, que fijaba un máximo de 50 efectivos.

España apoyó diplomáticamente desde un principio la 'Operación Serval' que lanzó Francia el 11 de enero para frenar el avance de los 'yihadistas' hacia la capital maliense, Bamako, cuya toma por parte de estos grupos, según ha recalcado el ministro, hubiera creado una situación muy peligrosa para la región.

Este respaldo se tradujo también en el envío de un avión de transporte militar 'Hércules' para el transporte de tropas francesas y africanas hacia Malí en el marco de la 'Operación Serval', cuyo costte podría suponer entre tres y diez millones de euros mensuales para España dependiendo del número de vuelos que haga.

Además España se compromete a aportar hasta 50 militares a la misión de entrenamiento de la UE (EUTM Malí), que fue lanzada oficialmente esta misma semana, aunque siguen cerrándose algunos flecos. El coste de esta misión se estimó inicialmente en 3,8 millones de euros para quince meses.

En un principio, se ciñó el apoyo español a esta misión al envío de instructores, descartando la contribución a la fuerza de protección que debe garantizar su seguridad. Sin embargo, tras una nueva petición francesa a los países implicados, España ofreció una treintena de efectivos para estas labores en el Cuartel General de Bamako.

La misión de entrenamiento prevé el envío de 250 instructores y 150 militares de protección, de los que 30 permanecerían en Bamako y otros 120 en Koulikoró, una localidad a 200 kilómetros de la capital donde se va a establecer el campamento de entrenamiento para los soldados malienses.

Dado que República Checa se adelantó en el ofrecimiento de la protección en Bamako, Francia Pidió a España que se hiciera cargo de estas tareas en Koulikoró y enviara a 120 militares, una petición que en principio fue denegada.

ESPAÑA CONFIRMA QUE DARA PROTECCION A LOS INSTRUCTORES

Sin embargo, García-Margallo ha anunciado que finalmente España ha accedido a dar protección a los instructores en el campamento de Koulikoró con una sección, es decir, una treintena de militares, un ofrecimiento que ha sido aceptado por la EUTM.

No obstante, la UE ha pedido a España un esfuerzo mayor y, en concreto, le ha solicitado que envíe a Koulikoró el doble de lo ofrecido, unos 60 militares, una petición que, según ha explicado García-Margallo, va a ser analizada y valorada por el Gobierno.

De aceptar esta petición, se superaría el máximo autorizado por el Congreso, más aún si además se envía la veintena de instructores militares que ya ha seleccionado el Ejército de Tierra para participar en las labores de formación al Ejército maliense en diferentes aspectos, tales como Operaciones Especiales.

PARTIDARIO DE IR DE NUEVO AL CONGRESO

Para García-Margallo, la necesidad de un nuevo acuerdo del Consejo de Ministros y una nueva autorización del Congreso de los Diputados no es impedimento, ya que, de hecho, es "partidario" de acudir al Parlamento incluso aunque no se supere este máximo para pedir la autorización al envío de la fuerza de protección.

Según ha recordado, el acuerdo autorizaba el envío de "hasta 50 efectivos para labores de adiestramiento de las Fuerzas Armadas de Malí y las unidades de apoyo necesarias", una consideración que el ministro de Defensa consideró suficiente para admitir la ampliación de tareas de los militares españoles. Sin embargo, García-Margallo ha explicado que prefiere "no forzar una interpretación" y acudir al Congreso de los Diputados.

En su primer encuentro con los periodistas que le acompañan en su gira africana, el ministro ha insistido en la pertinencia de este viaje "en un momento especialmente complicado" en la región, en el que "hay que definir el sentido y la dimensión de la operación en Malí y los efectos que puede tener para el resto de la región".

"Había que venir y ver cómo está la situación", ha recalcado García-Margallo tras insistir en que los hechos han demostrado que los análisis sobre lo que ocurre en el terreno han ido variando conforme avanzaban los días.

Así, ha recordado cómo en un principio algunos países de la zona pensaban que Ansar Dine, uno de los movimientos rebeldes tuareg que proclama la independencia del norte de Malí, era considerado un interlocutor válido en las negociaciones para devolver la estabilidad, cuando para España no hubo dudas de que sus lazos con Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) lo impedían.

Del mismo modo, se ha referido a las reservas que han surgido respecto a que el Movimiento Nacional para la Liberación del Azawad (MNLA), el grupo que inició la revuelta independentista en enero de 2012, mantenga la deriva moderada que se estimó en un principio.

Con esta visita, en la que mantendrá encuentros con los presidentes, primeros ministros y ministros de Asuntos Exteriores de los tres países, García-Margallo quiere dejar patente el apoyo español a la estabilidad en la zona y hacer visible la "importancia" que otorga el Gobierno a la situación en esta región.

Además, aprovechará para poner en valor la cooperación española en estos países, que han sido y seguirán siendo prioritarios para el Gobierno en su ayuda oficial al desarrollo, especialmente ahora que la situación humanitaria ha empeorado como consecuencia de los acontecimientos en Malí.

La revuelta tuareg en el norte de Malí, el golpe de Estado que derrocó al Gobierno central y los enfrentamientos para acabar con el avance de los 'yihadistas' han provocado 250.000 desplazados internos y 150.000 refugiados en otros países, de los que unos 60.000 han cruzado la frontera a Níger.

Este país vecino, que también tiene una población numerosa de tuaregs, teme el contagio de la inestabilidad si no consiguiera devolverse la inestabilidad y la integridad territorial a Malí.

Precisamente, García-Margallo ha explicado que Níger puede ser un ejemplo para Malí en cuanto a la integración de los tuareg. Con una población similar, de unos 15 millones de habitantes, Níger tiene casi el triple de habitantes de esta etnia que su vecino (1,5 millones frente a los 600.000 que viven en el norte de Malí) y, según ha explicado la embajadora española en este país, Soledad Fuentes, "ha sabido resolver y negociar" esta cuestión después de las revueltas que tuvieron lugar en 2009.

De hecho, el primer ministro nigerino, Brigi Rafini, con el que se reunirá el ministro de Exteriores hoy, es tuareg, una decisión que además de ser "un gesto político" importante, supone que al frente del Ejecutivo está una persona que "conoce" bien a esta población, estructurada en tribus y familias.