Enrico Letta presenta su dimisión, mientras Renzi ultima su lista de ministros

El primer ministro de Italia, Enrico Letta, ha presentado su dimisión al jefe del Estado, Giorgio Napolitano, después de que su formación, el Partido Demócrata (PD), exigiera un nuevo Ejecutivo para sacar al país del inmovilismo. Napolitano abrirá hoy mismo una ronda de consultas con los partidos representados en el Parlamento para buscar una solución a esta crisis de Gobierno.

En un comunicado, la Jefatura del Estado explicó que la dimisión irrevocable de Letta llega después de que el Partido Demócrata "votó a favor de un cambio en el Gobierno. De esta manera, ha faltado el el determinante apoyo del principal miembro de la mayoría de Gobierno".

En la nota, se añade que ante esta situación, Letta ha desestimado la posibilidad de comprobar si cuenta con la mayoría en el Parlamento, así como que "no se mostró disponible a presidir Gobiernos apoyados por otras hipotéticas mayorías".

RONDA DE CONSULTAS

De esta manera, Napolitano comunicó que abrirá la ronda de consultas con las fuerzas parlamentarias hoy mismo y que terminarán ya mañana, con el fin de una solución para "conducir a una eficaz solución de la crisis, en esta delicada fase económica que el país atraviesa y para afrontar lo antes posible el examen de la nueva ley electoral y otras reformas institucionales urgentes".

La Jefatura del Estado recuerda que este mismo procedimiento se siguió tras la dimisión de Silvio Berlusconi en noviembre de 2011, y posteriormente de Mario Monti en diciembre de 2012.

Letta, de 47 años, presentó su dimisión a Napolitano tras presidir su último Consejo de Ministros, en el que realizó un brindis de despedida con su Ejecutivo. El primer ministro había sido elegido por Napolitano en abril de 2013 para formar un Gobierno de coalición que sacase al país del atolladero al que le habían conducido los resultados de las elecciones de febrero.

Letta llegó alrededor de las 13.00 hora italiana (12.00 GMT) al Quirinale, sede de la Jefatura del Estado, y se reunió durante media hora con Napolitano, de 88 años. "Voy a dimitir. Gracias a quien me ha ayudado", escribió Letta en su perfil de la red social Twitter mientras se dirigía al Quirinale y añadió una de las máximas que repetía sobre su trabajo en el Gobierno: "Cada día como el último".

El primer ministro deja el Ejecutivo sin polémicas y con tan sólo un escueto comunicado después de que ayer en una asamblea de su partido se le retirase la confianza, invitándole a dejar su puesto al líder del PD, el alcalde de Florencia, Matteo Renzi, de 38 años.

"Como resultado de las decisiones tomadas hoy por la dirección nacional del Partido Demócrata, he informado al presidente de la República, Giorgio Napolitano, de mi voluntad de presentarme en el Quirinale para dimitir del cargo de presidente del Consejo de Ministros", fue el comunicado de Letta.

¿ELECCIONES ANTICIPADAS?

La posibilidad de convocar elecciones es lejana y el mismo Napolitano aseguró que eran "tonterías" cuando los periodistas le preguntaron por esta hipótesis el pasado miércoles. La solución la tiene el PD, pues acudirá a la reunión con Napolitano con la propuesta de un Gobierno de coalición hasta 2018 encabezado por Matteo Renzi.

A las consultas con Napolitano, el Movimiento 5 Estrellas (M5S) anunció que no acudirá como protesta por cómo se está gestionando la crisis en otro nuevo pulso a las instituciones.

El Nuevo Centroderecha, el partido de Angelino Alfano, actual vicepresidente del Gobierno y que se escindió de la formación de Silvio Berlusconi, ha anunciado que apoyará al Gobierno de Renzi aunque con algunas condiciones, al igual que el grupo Elección Cívica.

Ya ha anunciado su total rechazo al Ejecutivo de Renzi, el partido, Forza Italia de Silvio Berlusconi, quien ha anunciado que será el quien encabezará la delegación que se reunirá con Napolitano.

"NECESARIA Y URGENTE" ABRIR UNA NUEVA FASE

Durante la convención del PD celebrada ayer, Renzi afirmó que era "necesaria y urgente" abrir una nueva fase con un Gobierno nuevo para Italia que dure hasta el año 2018 y que sea capaz de llevar a cabo las "reformas" necesarias para el país y sacarlo del pantano en el que se encuentra.

El ambicioso Renzi, como el mismo se definió, también se propuso en primera persona para esta nueva fase, aceptando el "riesgo" de fracasar y acabar así con su futuro político, pero todo por el bien del país. El PD como ganador de las elecciones del pasado febrero, aunque debido a su exigua ventaja y la enrevesada ley electoral no fue capaz de formar un Ejecutivo propio, será el encargado de proponer la salida a este pantano.

En la anómala historia política de Italia, nadie contempla las elecciones anticipadas, por lo que todo indica que Renzi será el más joven primer ministro de la historia del país, pero también el tercer presidente del Gobierno, tras el tecnócratas Monti y Letta, sin salir de las urnas.

En las consultas que Napolitano tiene el deber de realizar tanto el Movimiento 5 Estrellas (M5S) como Izquierda, Ecología y Libertad pretenderán que la crisis de Gobierno se escenifique con un voto en el Parlamento, pero esta hipótesis parece improbable.

Por otra parte, El Nuevo Centroderecha, el partido de Angelino Alfano, actual vicepresidente del Gobierno y que se escindió de la formación de Silvio Berlusconi, ha anunciado que apoyará al Gobierno de Renzi aunque con algunas condiciones.

La principal será contar con una importante representación en el Ejecutivo, que está ya diseñando Renzi y en la que se prevén que se confirmen algunas carteras como la de Exteriores, en manos de Emma Bonino o la de Sanidad, de Beatrice Lorenzin.

El primero en caer será el ministro de Economía, Fabrizio Saccomani, uno de los más criticados por Renzi, Ya ha anunciado su total rechazo al Ejecutivo Forza Italia, el partido de Silvio Berlusconi, quien se frota las manos esperando en el fracaso de sus rivales.

Para algunos la personalidad determinada, volcánica y mediática de Renzi podría volver a poner en marcha el país, pero son muchas las dudas de cómo el alcalde de Florencia podrá conseguir todos sus objetivos con la misma coalición gubernamental con la que fracasó su compañero de equipo.