El Gran Duque de Luxemburgo pasa la corona a su hijo mayor tras 25 años en el trono

  • El nuevo Gran Duque Guillermo de Luxemburgo tiene raíces cubanas y españolas
Gran Duque de Luxemburgo
Gran Duque de Luxemburgo |AGENCIAS

El príncipe Guillermo de Luxemburgo ha tomado posesión como nuevo Gran Duque en sustitución de su padre, Enrique, que ha abdicado después de 25 años en el trono para dejar paso a una nueva generación con la que la institución aspira a relanzar su imagen.

El Palacio Gran Ducal de Luxemburgo ha acogido una ceremonia en la que Guillermo, de 43 años, ha jurado respetar la Constitución. "Quiero ser el Gran Duque que tienda puentes entre generaciones, entre la tradición y la innovación", ha prometido en su discurso.

Al acto han acudido representantes de las principales instituciones luxemburguesas, entre ellos el primer ministro, Luc Frieden, que ha descrito la ceremonia como un "momento histórico".

También han acudido representantes de otras monarquías europeas, como la neerlandesa o la belga. Guillermo asume la encomienda junto a la ahora Gran Duquesa Estefanía. La pareja tiene dos hijos, de cinco y dos años. Se trata del séptimo soberano de la casa de Nassau, una dinastía que se remonta a finales del siglo XIX.

El nuevo Gran Duque Guillermo de Luxemburgo tiene raíces cubanas y españolas

Guillermo de Luxemburgo tiene raíces cubanas y españolas, por lo que habla un español fluido, además de inglés, alemán, francés y luxemburgués.

El nuevo jefe de Estado pertenece a la dinastía de los Nassau y los Borbón-Parma por parte de padre y tiene orígenes plebeyos por el lado de la madre, que nació en La Habana en el seno de una adinerada familia cubana que tuvo que exiliarse tras la Revolución de 1957.

Cubana de nacimiento, suiza de adopción y luxemburguesa tras su matrimonio con el Gran Duque Enrique de Luxemburgo, la madre de Guillermo de Luxemburgo es María Teresa Mestre y Bastilla-Falla, miembro de una familia cubana con orígenes españoles.

Los abuelos maternos de María Teresa fueron Agustín Batista y González de Mendoza, un destacado hacendado y presidente del Consejo de Administración de la Trust Company of Cuba, y María Teresa Falla Bonet, hija de un influyente dueño de ingenios azucareros y bancos en Cuba que la Revolución de Fidel Castro confiscó.

Tras la caída del dictador Fulgencio Batista y la llegada de Fidel Castro al poder, la familia de María Teresa se exilió a Nueva York, donde continuaron incrementando su fortuna en América del Sur, Estados Unidos y Suiza.

María Teresa abandonó la isla a los tres años rumbo a Estados Unidos, donde su familia permaneció una temporada antes de instalarse en Europa, primero en Santander (España) y más tarde en Ginebra (Suiza).Fue precisamente en el país helvético donde María Teresa conoció a su futuro marido, el príncipe Enrique de Luxemburgo, mientras ambos hacían sus estudios universitarios de Ciencias Políticas en la universidad de Ginebra.

La familia gran ducal se opuso, al principio, al noviazgo del príncipe Enrique y la joven cubana, porque María Teresa no tenía sangre real, por lo que la Gran Duquesa Carlota, abuela de Enrique de Luxemburgo, no veía con buenos ojos la relación.

Finalmente se casaron el 14 de febrero de 1981 y tuvieron cinco hijos, el mayor de los cuales, Guillermo, hoy ha sido investido Gran Duque.