Varios de los economistas recibidos en audiencia por el presidente de Portugal le transmitieron sus dudas sobre el programa presentado por los socialistas y apoyado por el resto de fuerzas de izquierda, con el que aspiran a llegar al Gobierno.
El jefe de Estado portugués, el conservador Aníbal Cavaco Silva, prosiguió así con su ronda de encuentros con diferentes sectores de la sociedad para conocer su opinión sobre la crisis política que vive el país desde la semana pasada.
El 10 de noviembre la oposición en bloque provocó en el Parlamento la caída del Ejecutivo de centro-derecha liderado por Pedro Passos Coelho, que había sido reelegido en los comicios del 4 de octubre, aunque sin mayoría absoluta.
La Constitución portuguesa otorga ahora al presidente la responsabilidad de tomar una decisión para resolver este "impasse", y mañana mismo tiene previsto recibir a cada uno de los partidos políticos con escaños en la Cámara.
Ya fuera de forma explícita o más o menos moderada, la mayoría de los economistas, tanto de tendencia conservadora como de la izquierda moderada, expresaron su desconfianza hacia el programa de Gobierno de los socialistas y sus previsiones económicas.
No obstante, los economistas consultados, entre los que se excluyó a los de la izquierda radical, también consideraron perjudicial para el país mantener un Gobierno en funciones.
El jefe de Estado debe optar entre entregar el Gobierno a los socialistas, dejar a Passos Coelho en funciones hasta la realización de elecciones anticipadas -como pronto, en junio de 2016- o impulsar un Ejecutivo de "iniciativa presidencial" formado por independientes de diferentes tendencias.
El más crítico fue Joao Salgueiro, ex ministro de Finanzas con los conservadores en la década de 1980, quien consideró que "es difícil ver" en el programa de la izquierda "una estrategia de desarrollo conjunta" para el país.
"La actual convergencia de izquierda no concurrió a las elecciones", censuró Salgueiro en referencia a que socialistas, marxistas y comunistas acudieron de forma separada a los comicios y sólo llegaron a un pacto posteriormente -y contra todo pronóstico- para "librarse de un Gobierno de derecha".
El economista Daniel Bessa, ex ministro de Economía con los socialistas, admitió tener dudas sobre las proyecciones económicas del programa de Gobierno del partido socialista liderado por António Costa por confiar en su opinión "excesivamente" en un aumento del consumo interno.
"Hablamos de un país muy pequeño", recordó Bessa, quien defendió mantener controlado el gasto público y estimular el crecimiento de las exportaciones, tal y como se hizo durante los últimos años, con la centro-derecha en el poder.
En esta misma línea se manifestó Vítor Bento, economista y a la vez consejero de Estado, quien reconoció no confiar demasiado "en que la economía pueda crecer por el mercado interno" y reclamó "estabilidad política y estabilidad de propósitos" para seguir por el camino adecuado.
Por su parte, Luís Campos e Cunha, ex ministro de Finanzas con un Gobierno socialista, destacó también la necesidad de una "estabilidad gubernamental" que permita garantizar "la estabilidad de las leyes fiscales y laborales, sin las cuales no se pueden hacer previsiones".
Sin ellas, agregó, "no hay inversión en la economía portuguesa y puede entrar nuevamente en recesión".
La principal excepción a esta corriente fue Fernando Teixeira dos Santos, ministro de Finanzas con los socialistas (2055-2011) y uno de los que más presionó para que el Gobierno que lideraba José Sócrates pidiese el rescate financiero en 2011.
Pese a no pronunciarse sobre soluciones de Gobierno, Teixeira dos Santos insistió en que lo más importante es que el nuevo Ejecutivo "tenga claro que quiere cumplir los compromisos con el exterior y con Europa a través de su presupuesto y su programa".
El líder socialista ha subrayado en repetidas ocasiones que se compromete a respetar esas obligaciones internacionales pese a que las fuerzas políticas que le darán su respaldo en el Parlamento defiendan posiciones anti-OTAN y críticas con el proyecto del euro y el Tratado Presupuestario.
Después de escuchar las opiniones de patronales, sindicatos, banqueros y economistas, Cavaco Silva tiene previsto reunirse mañana con los representantes de los siete partidos con presencia en el Parlamento.