El presidente de EE.UU., Barack Obama, no pudo anunciar hoy, tras reunirse con los líderes del Congreso, un principio de acuerdo que evite el "abismo fiscal", aunque se mostró "moderadamente optimista" de que en 48 horas el Senado pueda consensuar al filo del Año Nuevo un acuerdo bipartidista.
Obama compareció la tarde de viernes, a cuatro días de que entren en vigor los recortes de gastos y aumentos de impuestos que precipitarían al país en el "abismo fiscal", para pedir a Harry Reid, líder de la mayoría demócrata del Senado, y Mitch McConnell, líder republicano en la Cámara Alta, que trabajen durante el fin de semana para alcanzar el consenso.
La Cámara de Representantes y el Senado se reunirán el domingo y se espera que, si finalmente se acuerda un plan conjunto, éste se someta a votación el día de Nochevieja para ser promulgado, casi a contrarreloj, por Obama, quien ha recortado sus vacaciones navideñas debido a la emergencia.
El presidente recordó que "nadie va a conseguir el cien por cien de lo que desea" y conminó a ambos partidos a realizar concesiones para evitar una "herida autoinfligida para la economía".
Con el comienzo del nuevo año, Estados Unidos se enfrenta a un aumento generalizado de impuestos, el fin de las prestaciones al desempleo para 2 millones de personas y fuertes recortes del gasto que nadie desea pero que se pondrán en marcha automáticamente a menos que una nueva legislación lo impida.
Obama advirtió de que los estadounidenses "están perdiendo la paciencia" ante la incapacidad de los políticos en Washington para ponerse de acuerdo sobre lo que todos dicen desear, o sea, la reducción del déficit y que no suban los impuestos para la inmensa mayoría de la población.
"Economistas y empresarios piensan que estamos llamados a crecer en 2013, siempre y cuando la política de Washington no se interponga en el camino del progreso de Estados Unidos", ironizó Obama.
Si los dos líderes del Senado no se ponen de acuerdo este fin de semana, Obama pidió a Reid que al menos los demócratas presenten un plan propio para ser votado.
La reunión de Obama durante algo más de una hora a puerta cerrada con Reid, McConnell y los líderes de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner y la demócrata Nancy Pelosi, se disolvió sin grandes anuncios y con más silencio que propuestas.
No obstante, todos los legisladores presentes se mostraron optimistas y aseguraron que las discusiones fueron constructivas, pero no indicaron que se hayan detallado las concesiones a las que están dispuestos para evitar un aumento de impuestos generalizado que nadie desea.
El principal escollo sigue siendo el umbral de ingresos anuales por encima del cual se acabarán las exenciones impositivas aprobadas en el mandato de George W. Bush y que los demócratas quieren situar en los 250.000 dólares.
Boehner, líder republicano en la Cámara Baja, quiso la semana pasada ofrecer un plan con un umbral situado en el millón de dólares, aunque no contó con el apoyo de facciones del partido conservador que no acceden a una subida de impuestos para reducir el déficit.
Obama recordó que un acuerdo no debería ser imposible "debido a que tanto republicanos como demócratas han dicho que no quieren ver un aumento de los impuestos a la clase media" y confió en que la presión del reloj permita un acuerdo que aprueben ambas cámaras del Congreso.
"La hora para la acción inmediata ha llegado", indicó el presidente quien reiteró que una propuesta debe cumplir el principio de reducir el déficit a través de un recorte "responsable" del gasto, al tiempo que los estadounidense más ricos paguen "un poco más" y se proteja a la clase media.