El primer ministro irlandés, el conservador Enda Kenny, abogó hoy por la abolición del Senado, al afirmar que este foro "no es necesario" para mantener el sistema democrático, al tiempo que se ahorraría hasta 20 millones de euros anuales a las arcas del Estado.
Kenny efectuó esas declaraciones ante la Cámara baja (Dáil) del Parlamento de Dublín, al comienzo del debate de la propuesta de reforma de la Constitución diseñada por el Gobierno para prescindir de un órgano que considera "elitista" y "anticuado".
El "taoiseach" (primer ministro) recordó de nuevo que en Irlanda, con apenas 4,5 millones de habitantes, "hay demasiados políticos", un gasto innecesario para un país inmerso desde 2010 en un programa de ayuda de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuantificado en 85.000 millones de euros.
El dirigente democristiano, que cuenta con el apoyo de sus socios laboristas en el Ejecutivo de coalición, aseguró que la eliminación de la Cámara alta -compuesta por 60 senadores no electos- es una de las demandas planteadas por la ciudadanía, que quiere un sistema democrático "más efectivo y ágil, más en consonancia con la política del siglo XXI".
"Cuesta encontrar argumentos que justifiquen su existencia después de 75 años y es necesario recordar que la existencia de dos cámaras no es esencial para el funcionamiento de una democracia parlamentaria", argumentó Kenny.
Además del ahorro que la medida generará, el "taoiseach" destacó que "todos los países escandinavos" han abolido el Senado y, al mismo tiempo, disfrutan de "los sistemas políticos más responsables y efectivos del mundo".
La lista se extiende, dijo, a "otros países pequeños exitosos" similares a Irlanda, como Nueva Zelanda o la mayoría de las nuevas naciones del centro y este de Europa, donde se ha demostrado que es "perfectamente posible" tener "mecanismos de control y equilibrio" en un Parlamento con una sola cámara.
Por su parte, los principales partidos de la oposición reconocen que el Senado necesita hacer frente a una profunda reforma, pero sostienen que no es necesario eliminarlo completamente.
El líder de la tercera fuerza política irlandesa, Micheál Martin, del Fianna Fail (FF), lamentó hoy que el Gobierno no haya consultado con las otras formaciones la abolición del Senado, una "parte importante de nuestra Constitución".
Para el dirigente centrista, nunca un Gobierno de este país había propuesto "tanto cambio y tan poca reforma a la vez", pues su único propósito, aseguró, es "acumular más poder del que ya tiene".
"La presentación de esta propuesta marca el momento en el que un Gobierno que fue elegido para acometer profundas reformas simplemente decide enterrar cualquier posibilidad de efectuar auténticas reformas", señaló Martin.
También el presidente del Sinn Fein, Gerry Adams, recordó que ninguno de los anteriores Ejecutivos se ha atrevido a modificar el funcionamiento del Senado, a pesar de que esta cuestión se ha propuesto hasta en doce ocasiones desde hace 75 años.
La nueva ley será analizada por los diputados durante dos semanas y después pasará a la propia Cámara alta, que tiene poderes para incluir recomendaciones en el texto, pero no para bloquearla, aunque su mayoría no está de acuerdo con el documento.
La supresión del Senado iría acompañada de la eliminación de ocho de los 166 escaños del Dáil, cuya nueva composición entraría en vigor después de las próximas elecciones generales, previstas para 2018.
Aunque los sectores contrarios a la desaparición de la Cámara alta advierten de que el Gobierno podrá tomar decisiones sin el freno que imponen los mecanismos de "control y equilibrio", Kenny ha asegurado que se reforzará el papel de los comités multipartitos parlamentarios.