La ciudad de Dallas, en Texas, no vivía un evento político de la magnitud del que protagonizó el aspirante republicano a la Casa Blanca Donald Trump desde que en 2008, el entonces candidato demócrata a la Presidencia, Barack Obama, reunió a 17.000 personas bajo sus promesas de cambio.
Este lunes, el magnate inmobiliario pretendía llenar con 20.000 personas el American Airlines Center de Dallas y aunque se quedó corto, miles de simpatizantes acudieron a su primer baño de masas en Texas, estado al que viajó por segunda vez desde que empezó su carrera presidencial.
En julio, en plena efervescencia de su campaña, Trump hizo una visita relámpago a la ciudad fronteriza de Laredo para reafirmar desde el terreno algunas de sus propuestas estrella: construir un muro que separe a Estados Unidos de México y expulsar del país a todos los indocumentados.
Como lo hizo Obama en 2008, Trump también llegó con promesas de cambio: "Estados Unidos ya no cosecha victorias, pero este movimiento político lo está logrando? Y lo va a lograr". El aspirante presidencial alardeó de liderar las encuestas con más de un 30% de intención de voto, acusó a los medios de comunicación de manipular sus palabras y criticó a sus contrincantes en la contienda republicano.
También tuvo palabras para el exgobernador texano Rick Perry, quien el pasado viernes retiró su candidatura presidencial y con el que tuvo encontronazos durante los pasados meses: "Es un buen tipo, pero me atacó. Al menos lo ha intentado", dijo.
Aún así, el punto estelar de su discurso fueron sus aclamadas propuestas sobre inmigración: insistió en construir el muro y que México pague su construcción y en expulsar a los inmigrantes indocumentados. "Tenemos que hacerlo", afirmó.
Fuera del American Airlines Center, escenario habitual de los partidos de baloncesto de los Dallas Mavericks, entre 1.000 y 3.000 personas, en su mayoría hispanos, se congregaron en rechazo a las propuestas del aspirante republicano.
Bajo el lema Trump a la basura (Dump the Trump, en inglés), la marcha fue la más multitudinaria de las que se han organizado en el país en contra de Trump. No estamos buscando pelea. Solo queremos dejarle claro a Donald Trump que su discurso de odio e intolerancia no es bienvenido. Texas ha sido un estado bilingüe y multicultural desde que se fundó", dijo al "The Dallas Morning News" el abogado Domingo García, presente en la marcha.