El área afectada por los incendios forestales disminuyó casi a la mitad en las últimas veinticuatro horas, según el ministerio de Rusia para Situaciones de Emergencia.
Según un comunicado de esa cartera, para las 06.00 horas de Moscú (02.00 GMT) de hoy los incendios forestales abarcaban una superficie de 92.702 hectáreas, cuando ayer para esa misma hora el área castigada por el fuego era de más de 174.000 hectáreas.
El parte del ministerio señala que en la jornada de ayer se declararon 290 nuevos incendios y que 314 focos fueron sofocados. De acuerdo con la cifras oficiales, en todo el país hay un total de 56 grandes incendios forestales que afectan un área de casi 59.000 hectáreas.
Desde el comienzo de la temporada estival, en el país ha habido 26.509 incendios que han arrasado 810.803 hectáreas. Varios países contribuyen a las labores de extinción del fuego con 551 personas, seis aviones y siete helicópteros.
La lluvia y el viento disipan el humo en Moscú
Paralelamente, la lluvia y el viento disiparon este miércoles totalmente el humo que cubrió durante varios días Moscú y que junto con el calor duplicaron, como admitieron las autoridades, la tasa de mortalidad en la capital rusa.
La lluvia que cayó de noche sobre el centro de Moscú estuvo acompañada de tormentas y fue recibida como una bendición por los moscovitas, agobiados por la mayor ola de calor en los 130 años de la historia de las observaciones meteorológicas en Rusia. Por primera vez en varias semanas, hoy la temperatura máxima en la capital rusa apenas superará los 30 grados centígrados.
Sin embargo, el director del Centro Meteorológico de Rusia, Román Vilfand, advirtió de que todo indica que el alivio que experimentan los moscovitas será pasajero, pues "apenas cese el viento, el humo volverá a la ciudad"."Los incendios forestales no han desaparecido. Las altas presiones y el anticiclón harán que el humo vuelva a Moscú", dijo hoy el meteorólogo, citado por la agencia Interfax.
Vilfand indicó que a partir de hoy la temperatura en la región de Moscú experimentará un descenso de entre 3 y 5 grados de los actuales 36-37. Pero recalcó que, aun así, la ola de calor se mantendrá, con "temperaturas más propias del Sahara y Asia Central" que de la parte europea de Rusia.