La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) elevó a 12 el número de sus trabajadores muertos y cifró en siete los pacientes fallecidos en el bombardeo que tuvo lugar hoy en el hospital que tiene en la localidad afgana de Kunduz, al norte del país, posiblemente blanco de la aviación estadounidense.
Según el balance de MSF, todavía provisional y comunicado a través de la red social Twitter, doce de los muertos son trabajadores de la ONG y siete pacientes, tres de ellos niños.
Además, 37 personas se encuentran heridas de gravedad, la mayor parte de las cuales fueron trasladadas al centro de Puli Khumri, situado a dos horas de ruta de Kunduz.
Diecinueve de los heridos son miembros de MSF y cinco de ellos se encuentran en estado crítico, mientras que 16 son pacientes que estaban siendo tratados en el hospital.
MSF considera el bombardeo a su hospital como "una violación de las leyes humanitarias internacionales" y pide que la coalición internacional tenga "total transparencia" en la investigación del mismo.
El Gobierno afgano aseguró que el bombardeo fue obra de las fuerzas aéreas estadounidenses después de que terroristas talibanes se refugiaran en el hospital.
Las imágenes difundidas tras el ataque, en el que también murieron diez terroristas, mostraban parte del austero centro sanitario de planta baja calcinado por las llamas, mientras los supervivientes se amontonaban en las zonas que no habían sido dañadas.
El bombardeo se produjo en el marco de la toma de Kunduz el pasado lunes por los talibanes, la victoria más importante de los insurgentes desde que fueron sacados del poder en 2001, y la posterior reconquista el jueves de la ciudad por parte de las tropas afganas, con apoyo aéreo estadounidense.
EL GOBIERNO AFGANO CULPA A LOS TALIBANES
El Gobierno afgano culpó a los talibanes del bombardeo hoy de un hospital de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Kunduz (norte), por decidir ocultarse en él durante los choques con las tropas afganas, que contaban con apoyo aéreo estadounidense.
"Fue terrible ver la pérdida de vidas de médicos de MSF, pero lamentablemente los terroristas decidieron ocultarse en el hospital", afirmó el portavoz del Ministerio del Interior, Seddiq Seddiqi, en una rueda de prensa en Kabul.
Según el portavoz, "entre 10 y 15 terroristas se ocultaban en el hospital" esta madrugada cuando se optó por bombardear el centro, lo que causó "la muerte de todos los terroristas" y de al menos "tres médicos afganos".
"Creemos rotundamente que los terroristas entraron en el complejo del hospital para ocultarse de las fuerzas de seguridad", insistió Seddiqi durante su comparecencia, y señaló que todavía hay insurgentes ocultos en algunos edificios colindantes.
"Estamos haciendo todo lo que está en nuestras manos para evaluar los daños y ver si hay víctimas también entre los pacientes, pero por ahora lo desconocemos al estar en medio de una investigación", dijo Seddiqi.
EEUU INVESTIGA EL BOMBARDEO
El portavoz de las tropas estadounidenses en Afganistán, el coronel Brian Tribus, había reconocido hasta con anterioridad que un bombardeo de EEUU en Kunduz podía "haber producido daño colateral a una instalación médica cercana", aunque no entró en detalles al añadir que el "incidente" estaba "bajo investigación".
Según informó MSF en un comunicado, en el bombardeo "prolongado" al hospital esta madrugada murieron al menos tres de sus miembros y otras 30 personas permanecían desaparecidas, y anotó que el centro médico se hallaba "muy dañado" tras el ataque.
El lunes pasado, los talibanes tomaron Kunduz, ciudad estratégica para las comunicaciones del norte del país, en la victoria más importante de los insurgentes desde que fueron desalojados del poder en 2001.
Las tropas afganas declararon haber retomado la ciudad el pasado jueves en un contraataque que contó con apoyo aéreo de Estados Unidos, pero desde entonces continúa la batalla en la ciudad, donde aún los dos bandos se disputan los distintos sectores.
La OTAN, que como parte de la misión Apoyo Decidido cuenta con alrededor de 4.000 militares en tareas de asistencia y capacitación, también ha participado en la campaña en apoyo sobre el terreno a las tropas afganas.
Estados Unidos mantiene una misión de combate en el país con una dotación de 9.800 soldados que tiene previsto permanecer en Afganistán hasta final del año.