El pasado día 3 de enero el veterano senador estadounidense Dan Coats dejó por segunda vez su escaño en la cámara alta sin imaginar que, en lugar de poner fin a su carrera política, el presidente electo, Donald Trump, lo elegiría para dirigir la comunidad de inteligencia durante los próximos 4 años.
El empresario neoyorquino nombró hoy a este exsenador por Indiana (1989-1999 y 2011-2017), exembajador en Alemania (2001-2005) y exrepresentante a la Cámara (1981-1989) como el nuevo titular de la Oficina del Director Nacional de Inteligencia (DNI, en inglés), la agencia creada por el entonces presidente, George W. Bush, tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Washington y Nueva York.
Desde su nuevo cargo, Coats, de 73 años, estará al mando de la llamada comunidad de inteligencia estadounidense, una federación de 16 agencias repletas de espías entre las que se incluyen la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA).
El exsenador tendrá el complejo encargo de reconciliar a la comunidad de inteligencia con Trump, y a la viceversa, tras las numerosas críticas vertidas por el presidente electo contra estas agencias por las conclusiones a las llegaron sobre los presuntos ataques informáticos de origen ruso durante la campaña electoral.
Coats, de hecho, no parece un admirador de Rusia ya que como congresista presionó al Gobierno de Barack Obama para que tomara medidas contra Rusia por la anexión de la península de Crimea en 2014 y por el apoyo del Kremlin a los rebeldes separatistas de Donetsk y Lugansk, en el este de Ucrania. La represalia del Kremlin ese 2014 fue prohibirle a Coats la entrada a Rusia indefinidamente.
Nacido en Michigan en 1943, Coats sirvió en el Ejército entre 1966 y 1968 antes de estudiar Derecho en Indiana, el estado en el que luego desarrolló su carrera política y el mismo del que es oriundo y todavía gobernador el vicepresidente electo, Mike Pence.
En 1980 ganó por primera vez un escaño que después revalidaría en tres ocasiones a la Cámara de Representantes y en 1989 accedió a la cámara alta después de que el entonces senador Dan Quayle fuese elegido como vicepresidente de George H. Bush.
En el Senado, en 1993, Coats fue uno de los autores del "Don't ask, don't tell" (No preguntes, no cuentes), la política que prohibía a los homosexuales y bisexuales revelar su orientación sexual en las Fuerzas Armadas. Esa política estuvo vigente hasta 2011, cuando el Congreso la revocó todavía con Coats como uno de sus principales partidarios.
Tras ejercer como embajador en Alemania en 2005 y antes de regresar al Senado en 2011, Coats trabajó como "lobista" para la firma King & Spalding en nombre de compañías farmacéuticas, energéticas y armamentísticas, una práctica muy extendida en la ciudad de Washington y que Trump ha criticado fuertemente.
Como senador, Coats protagonizó una anécdota en 2014 cuando se confundió de comité y culpó de ello, en broma, a los rusos. Creyendo estar en el Subcomité de Construcción Militar, Asuntos de los Veteranos y Agencias Relacionadas, realizó una intervención en la que pidió una rápida contestación a una carta que había enviado referida a una oficina militar de su estado natal.
Cuando el presidente del subcomité donde realmente estaba, el de Servicios Financieros y Gobierno General, Mark Udall, empezaba a responderle, Coats le interrumpió y explicó el malentendido: "Acabo de recibir una nota que dice que estoy en la audiencia equivocada".
Posteriormente, el senador bromeó sobre la situación en su cuenta de Twitter y culpó a los rusos de su confusión: "Creo que los rusos han estado revolviendo mi horario", escribió Coats.