Cuba reconstruye sus nexos con Estados Unidos mientras siguen en marcha las reformas económicas emprendidas durante el mandato de Raúl Castro, un plan para "actualizar" su socialismo y su economía que ha abierto espacios, aun limitados, a la iniciativa privada en la isla comunista.
Este lunes se formalizó la reconciliación diplomática entre Cuba y EE.UU., tras una ruptura de más de medio siglo, y con ese paso las antiguas secciones de intereses de ambos países se convirtieron en embajadas, lo que culmina la primera etapa del histórico deshielo diplomático anunciado el 17 de diciembre de 2014.
Los cubanos de a pie encaran este suceso histórico, que los sorprendió hace seis meses cuando aún les parecía impensable, con una mezcla de entusiasmo y cautela ante las perspectivas que puede significar para su vida cotidiana futura.
Este momento ha encontrado a los cubanos intentando superar la crisis económica con el plan de reformas económicas puesto en marcha en 2011 y que en principio ha supuesto una controlada apertura a la iniciativa privada y empleo autónomo que ha acogido hasta la fecha a más de medio millón de trabajadores y emprendedores.
También ha sido el punto de partida para adelgazar las abultadas plantillas estatales, la descentralización de la gestión de las empresas, la supresión de subsidios innecesarios, la creación de nuevas formas de gestión productivas como las cooperativas no agropecuarias y una reforma migratoria que ha cambiado la vida a muchos cubanos, que ahora pueden viajar al exterior más fácilmente.
La nueva era de relaciones con EE.UU., que ha puesto de "moda" a Cuba en el mundo, ha generado además un interés por conocer la isla y por tanto una mayor afluencia de visitantes extranjeros, desde turistas hasta empresarios y políticos de diversos países, incluidos los norteamericanos.
En ese contexto, muchos cubanos miran al futuro con la esperanza de que, las reformas, por un lado, y la reanudación de relaciones con EE.UU., por otro, pueda significar una mejoría futura para la economía doméstica, hasta ahora restringida a salarios promedio de 584 pesos (unos 24 dólares) al mes.
El Gobierno señala que solo será posible elevarlos con un incremento de la productividad del trabajo.
De momento, al menos en lo que va de 2015, parece que la economía cubana presenta un ritmo de crecimiento superior al de otros ejercicios, con un aumento del 4,7 % del Producto Interior Bruto (PIB) en el primer semestre del año.
Dentro de las reformas ocupa un lugar destacado la estrategia para atraer inversión extranjera a la isla con la nueva ley aprobada en 2014 y el megaproyecto de la Zona Especial de Desarrollo del Mariel (ZEDM), aunque los resultados son todavía inciertos.
En la isla, la mayor parte de los jóvenes aspira además a tener acceso con una mayor amplitud a las nuevas tecnologías e internet, aún muy restringido y todavía no accesibles desde los domicilios particulares, excepto para algunos grupos de profesionales.
La isla caribeña es uno de los países con menor índice de conectividad a internet del mundo y los cubanos de a pie sólo pueden acceder a la red desde salas de navegación de la empresa Etecsa, desde algunos hoteles y en los nuevos espacios wi-fi habilitados a principios de este mes en 35 zonas públicas de todo el país.
No obstante, este fin de semana, el viceministro de Informática y Comunicaciones, José Luis Perdomo, explicó la estrategia nacional para el desarrollo en esta área durante un congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC, filial juvenil del gobernante Partido Comunista de la isla).
En ese sentido, el funcionario indicó que las acciones previstas están relacionadas con la conectividad de los usuarios desde los hogares, la disminución de los costos, el acceso desde centros educacionales, de la salud, científicos, culturales y deportivos, el sector industrial, empresarial y de servicios.
No obstante, señaló entre las "barreras" más importantes en el sector son las posibilidades económicas de la nación, la insuficiente capacidad en la red de acceso, el nivel de obsolescencia en las redes, la reducida capacidad de las radiobases de telefonía móvil y el alto costo de los servicios y de los terminales.