El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó hoy por unanimidad una resolución que autoriza el envío de una misión de 300 observadores militares desarmados a Siria para comprobar que se cumple el alto el fuego acordado dentro del marco del plan de paz auspiciado por el enviado especial, Kofi Annan.
"La aprobación de esta resolución es fundamentalmente importante para impulsar el plan de paz de Annan", aseguró tras la aprobación el embajador de Rusia, Vitaly Churkin, quien agregó que también ayuda "a estabilizar la presencia de la ONU en Siria".
"Se decide establecer por un periodo inicial de 90 días la misión de supervisión de la ONU en Siria, con un componente inicial de 300 observadores militares desarmados, y dirigida por uno de ellos, así como de personal civil", indica la resolución adoptada bajo la presidencia de turno de Estados Unidos.
El principal obstáculo Rusia y las potencias occidentales -el alcance de posibles acciones futuras a adoptar si Damasco incumple sus compromisos- se salvó con una sentencia ambigua: "la intención de evaluar la aplicación de la presente resolución y examinar la posibilidad de adoptar otras medidas, según resulte necesario".
"Después de tantos meses de bloqueo, Siria debe de escuchar el mensaje unánime de la comunidad internacional y entender el significado de su compromiso para que ponga fin a esta situación intolerable", dijo el embajador de Francia Gérard Araud, que calculó en más de 11.000 los muertos causados por la represión siria.
El diplomático agregó que "la situación es inquietante por el rechazo de Damasco a cumplir sus compromisos" con el plan Annan, en vigor desde el pasado 12 de abril.
El citado plan estipula el cese de las hostilidades, la retirada de los tanques de las ciudades, la liberación de los detenidos de forma arbitraria y el inicio de un diálogo entre el Gobierno y la oposición, entre otros puntos.
"El Ejército sirio realiza retiradas engañosas y prosigue los bombardeos y el uso de artillería pesada" contra los centros de población civil, señaló Araud.
El diplomático subrayó, asimismo, que "el despliegue de una primera docena de observadores en Siria no ha cambiado el comportamiento asesino del régimen", y los enfrentamientos continúan en las ciudades de Homs, Idlib, Deraa y Duma.
Su colega alemán, Peter Wittig, insistió, por su parte, en que "la decisión de hoy implica riesgos: El alto el fuego es incompleto y las autoridades sirias continúan bombardeando las ciudades, y también se producen violaciones y abusos contra mujeres, niños y minorías".
En Siria, el régimen sirio liberó este sábado a treinta detenidos en una jornada marcada por una serie de ataques en distintas partes del país y por la llegada de los observadores de la ONU a la castigada ciudad de Homs, donde este sábado cesaron las operaciones de artillería.
Opositores y grupos de defensa de los derechos humanos aseguraron, por su parte, que una fuerte explosión se registró este sábado en el aeropuerto militar de Al Moza, en las cercanías de Damasco.
Según datos de la propia ONU, cerca de 10.000 personas ha perdido la vida en Siria desde que en marzo de 2011 estallaran una serie de protesta populares en demanda de reformas, que fueron reprimidas por el régimen con extrema violencia.
La oposición eleva a 13.000 la cifra de muertos y denuncia, además, que otras 10.000 personas están desaparecidas y más de 80.000 han sido arrestadas.
Naciones Unidas también cifra en 230.000 los desplazados internos por el conflicto y en más de 60.000 los que se han refugiado en los países limítrofes, como Turquía, además de que alrededor de un millón necesitan asistencia humanitaria.