Un tribunal de la región noroccidental china de Xinjiang condenó a muerte a tres autores del atentado perpetrado en octubre de 2013 en la plaza de Tiananmen, de Pekín, que causó cinco muertos y 40 heridos, informó hoy la agencia oficial Xinhua.
Otras cinco personas condenadas por el ataque fueron sentenciadas a penas de entre cinco y veinte años de cárcel, según el medio estatal, que no informó de si apelarán la decisión del tribunal.
El pasado octubre, un todoterreno que portaba la matrícula de la región de Xinjiang se estrelló en la emblemática plaza de Tiananmen, atropelló a viandantes a su paso y se incendió a las puertas de la Ciudad Prohibida, lo causó la muerte de las tres personas que viajaban en el vehículo y la de otras dos más.
Dos semanas después del suceso, el Gobierno chino acusó al Movimiento Islámico del Turkestán Oriental (ETIM), la más conocida de las organizaciones terroristas que reclaman la independencia de Xinjiang, de perpetrar el ataque ocurrido en el corazón de la capital china.
Éste fue el primero de una cadena de ataques perpetrados en los últimos meses dentro y fuera de la región de Xinjiang por parte de grupos extremistas, como el que afectó también a la ciudad de Kunming (suroeste de China), en la que murieron 33 personas en un asalto en su concurrida estación de tren.
Dentro de la región de Xinjiang, los enfrentamientos entre miembros de la etnia uigur y han son habituales así como los ataques terroristas, el último de los cuales -hace tres semanas- causó 39 muertos y casi un centenar de heridos cuando dos vehículos arrollaron a la multitud en un mercado de la ciudad de Urumqi, la capital de la región.
Ayer, domingo, las fuerzas de seguridad de esa región informaron de la muerte de dos atacantes abatidos por la Policía después de que irrumpieran en una sala de juegos de la ciudad de Hetian y empezaran a atacar con armas blancas a los residentes.
Durante los últimos cinco años el número de víctimas relacionadas con enfrentamientos entre las autoridades y estos grupos o por ataques terroristas se sitúa alrededor de 400.
Grupos uigures en el exilio acusan a Pekín de usar el terrorismo como excusa para reprimir su religión y cultura y aseguran que el aumento de los enfrentamientos étnicos se debe a la "persistente" vulneración de los derechos humanos de este pueblo por parte de las autoridades chinas.