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La candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, y el republicano Donald Trump arrancaron hoy el sprint final de sus campañas en Florida, el mayor de los estados sin un favorito claro en las encuestas y que el magnate está obligado a ganar si quiere ser el próximo presidente de EEUU.

Clinton apostó por el condado de Broward, al norte de Miami y en el que los latinos y los negros representan el 57 % de la ciudadanía, y fue presentada por Sybrina Fulton, madre del joven afroamericano Trayvon Martin, cuya muerte en 2012 por los disparos de un exvigilante de seguridad blanco provocó una ola de protestas.

En su breve intervención pues una tromba de agua la obligó a abandonar el estrado, Clinton animó, con la voz afectada por el esfuerzo de este final de campaña, a los votantes de Florida a salir a votar antes de que este fin de semana se cierren los centros electorales para emitir el sufragio anticipado.

El jefe de campaña de Clinton, Robby Mook, dijo ayer viernes que gracias al voto anticipado y por correo, especialmente en Florida, Carolina del Norte y Nevada, y cimentado en las minorías, los jóvenes y las mujeres, han levantado un "cortafuegos" para contrarrestar el empuje final de Trump, que ha acortado distancias en las encuestas.

En Florida, la campaña de Clinton asegura que ya han votado por adelantado más latinos que en todas las elecciones de 2012.

Para saltar ese "cortafuegos", Trump inició hoy en Tampa, en el centro de Florida, su frenético final de campaña, en el que visitará ocho estados sin un favorito claro en las encuestas y dos de ellos, Carolina del Norte y Florida, lo hará por duplicado en los próximos tres días.

En Tampa, Trump volvió a pedir a los latinos y negros que le den una oportunidad pues no tienen "nada que perder" si él es presidente, ya que los demócratas siempre se "olvidan" de ellos después de ganar las elecciones.

Se comprometió a "arreglar la situación" en la que viven, con "altos índices de criminalidad, la educación que reciben es la peor y no hay trabajos" para ellos, dijo.

Trump, que presumió de contar con el apoyo de parte del exilio cubano, dijo que el voto final de negros e hispanos sorprenderá a muchos.

Estos sectores del electorado, que los sondeos indican que apoyan mayoritariamente a la exsecretaria de Estado, pueden ser vitales para determinar quién ganará los 29 votos electorales que se entrega a quien gana en Florida y que Trump necesita para poder alcanzar los 270 en total que darían la llave de la Casa Blanca.

Los latinos y negros representan, respectivamente, el 18 % y 13 % del electorado de Florida, donde las encuestas apuntan a una ventaja mínima de la demócrata.

Según la cadena Fox13, Clinton aventaja a Trump en cuatro puntos en intención de voto en Florida, aunque una encuesta publicada a inicios de semana por el centro de estudios Remington daba la misma distancia al magnate.

Este empate técnico queda patente en el voto anticipado, donde, según datos oficiales de hoy, cerca del 45 % de los electores ya votó. La distancia entre los registrados como demócratas y republicanos que ya ejercieron su derecho al sufragio es de menos de 7.300 votos en favor de los primeros.

Esa distancia es mínima si se tienen en cuenta que 5,7 millones de votantes ya entregaron su sufragio y que el total del electorado asciende a 12,8 millones.

El papel de los latinos puede ser vital en Florida pues se ha registrado un aumento de su presencia en las urnas, lo que podría contrarrestar que el voto afroamericano ha caído 7 puntos en comparación a 2012, cuando el candidato era el actual presidente de EEUU, Barack Obama, que finalmente ganó en el estado con una diferencia de 0,9 puntos sobre el republicano Mitt Romney.

A estos dos sectores de la población es a los que el Partido Demócrata apunta también este fin de semana, con la visita de Obama a Kissimmee, en el centro del estado, mañana domingo, cuando se celebra el Festival Puertorriqueño, creciente comunidad que suele votar demócrata.

Pero Trump sigue mostrándose optimista y dijo hoy que los números en Florida "lucen bien" y confía en ganar un estado indispensable, mientras que Clinton podría llegar a la Casa Blanca aun perdiendo el próximo martes en el denominado Estado Soleado.

UNA DECENA DE ESTADOS DECIDIRÁN LA CASA BLANCA EN LAS ELECCIONES DEL MARTES

Una decena de estados serán los que finalmente decidan el martes quién será el próximo presidente de Estados Unidos, después de que el candidato republicano, Donald Trump, haya reducido la ventaja de su rival, Hillary Clinton, en las encuestas de varias circunscripciones clave.

En los últimos días Trump ha dado la vuelta a la media de las encuestas que realiza RealClearPolitics en Carolina del Norte y Nuevo Hampshire, al tiempo que ha recortado la diferencia con la demócrata en Pensilvania y Florida.

Pese a que sus opciones son más limitadas que las de Clinton, Trump podría llegar a la Casa Blanca si consigue inclinar a su favor una combinación de algunos de los diez estados competitivos el 8 de noviembre.

El camino más directo sería ganando Pensilvania, Ohio, Florida, Nevada, Nuevo Hampshire, además de estados que parecen favorables a Trump a juzgar por las encuestas, como Iowa y Georgia.

Esa lista, incluidos los estados tradicionalmente republicanos, pondría a Trump por encima de los 270 de los 538 votos del sistema de Colegio Electoral necesarios para ganar las elecciones.

Pensilvania, con sus 20 votos electorales, es el mayor desafío para Trump, que está casi tres puntos por detrás de Clinton en la media de encuestas de RealClearPolitics en ese estado.

En Pensilvania Trump está acusando una deficiencia estructural de los republicanos: la falta de apoyo en las ciudades, donde los demócratas consiguen amplios márgenes y que los conservadores, incluido su candidato, han relegado a un segundo plano en la campaña electoral.

Clinton tiene ventajas claras en los centros de población con más peso demográfico, como Filadelfia, Pittsburg o Harrisburg, frente a la fuerte influencia republicana casi sin excepción en las zonas rurales de todo ese estado.

En el caso de no conseguir imponerse en Pensilvania el camino de Trump a los 270 votos electorales se complicaría y obligaría al magnate neoyorquino a ganar en Carolina del Norte, donde las encuestas dan empate técnico; Arizona, donde el voto hispano podría inclinar el estado del lado demócrata, pese a que Trump tiene cuatro puntos de ventaja, y Maine, cuyo peso específico en las elecciones es mínimo, pero que podría ser clave este año.

Maine es uno de los dos estados del país que divide parte de los votos en dos distritos. Aunque los dos que el estado concede al ganador del voto popular probablemente irán a Clinton, uno de los distritos, el más rural, podría dar un voto electoral a Trump, algo que podría ser vital en caso de empate.

Otro estado donde Trump podría dar la sorpresa es Colorado (9 votos electorales), donde el candidato republicano dará hoy un mitin de campaña con la esperanza de darle la vuelta a la ventaja de tres puntos de Hillary Clinton, según la media de encuestas.

Clinton parece consolidada en estados que han sido plazas competitivas en el pasado, como Wisconsin, Michigan, Minesota o Virginia, algo que eleva considerablemente las posibilidades de que la demócrata se haga con los tan perseguidos 270 votos electorales.

La exsecretaria de Estado se centrará hoy en movilizar su voto en Florida, mientras que contará con su ejército de artistas (Katy Perry o Stevie Wonder) y figuras políticas (el vicepresidente, Joe Biden, y su marido, Bill Clinton, entre otros) para pedir el voto en Carolina del Norte, Pensilvania o Colorado.

Trump, que ayer se mofó del peso que tienen los famosos en la campaña de Clinton y aseguró que a él no le hace falta nadie para llenar estadios, seguirá echándose a las espaldas el grueso de la campaña hoy al pasar por Florida, Carolina del Norte, Nevada y Colorado.

El republicano está apurando los últimos tres días hasta las elecciones para mantener su ascenso en los sondeos y dar la sorpresa, pese a que durante casi toda la campaña Clinton ha estado a la cabeza de todas las proyecciones.

Si bien parece que Trump se acerca cada vez más a la Presidencia, el científico de datos de la Universidad de Princeton Sam Wang aseguró hoy que, pese "al drama, los datos son claros" y no auguran estadísticamente una victoria del candidato republicano.

Wang, fundador del Princeton Election Consortium, considera que Clinton tiene un 98% de posibilidades de victoria el 8 de noviembre y que acabará obteniendo más de 300 votos electorales.