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Las autoridades chinas se declararon hoy "profundamente preocupadas" acerca de la Operación Emperador en España contra la evasión de capitales, en la que resultaron detenidos ciudadanos chinos, y destacaron que la mayoría de los residentes de esta nacionalidad cumplen las leyes. Así se expresó en una rueda de prensa ordinaria el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Hong Lei, quien añadió que su país está "profundamente preocupado" por "las operaciones de la Policía española contra actividades delictivas desde mediados de octubre que han afectado a empresarios chinos".

El portavoz insistió en que China respeta la independencia judicial española y entiende la necesidad de la operación para combatir la delincuencia.

Pero según indicó el portavoz, "no hay que perder de vista que una mayoría de los ciudadanos chinos en España desarrollan negocios de manera legal y tratan de integrarse en la sociedad local, efectuando una contribución positiva al desarrollo social y económico de España". "Esperamos que la parte española adopte medidas tan pronto como sea posible para garantizar los derechos legales e intereses del pueblo chino en España y mantenga la amistad y la cooperación" entre los dos países, agregó Hong.

El llamamiento del portavoz se produce después de que las asociaciones de residentes chinos en España hayan denunciado un mayor recelo de los españoles hacia ellos tras la operación.

LA OPERACIÓN EMPERADOR

El 16 de octubre pasado la Policía Nacional española desarticuló una organización criminal presuntamente dirigida por ciudadanos chinos en una operación desarrollada en ocho países, entre ellos España, y en la que por el momento han sido detenidas más de 80 personas.

Se les acusa, entre otros delitos, de blanquear entre 200 y 300 millones de euros al año y llevarse el dinero obtenido ilícitamente a su país.

Al frente de la operación, según los fiscales, se encontraba Gao Ping, un importante empresario chino que pretendía convertirse en un "puente" entre España y China con negocios relacionados con el arte.

En 2007, Gao Ping, de 45 años y afincado en España desde 1989, creó la Fundación de Arte y Cultura (IAC), que, según su propia página web, nació como plataforma cultural para promover el intercambio y desarrollo de arte entre España y China.

Propietario de una galería cercana al Museo Reina Sofía, es precisamente el dueño de varias naves de Cobo Calleja, desde donde se distribuían productos llegados de China, como bisutería y bolsos que se ponían a la venta hasta en 110 puntos distintos de España y Europa.

La operación, que se llevó cabo fundamentalmente por agentes de la Unidad contra la Droga y el Crimen Organizado (UDYCO) y la Unidad contra la Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) en colaboración con la Agencia Tributaria de España, continúa abierta.