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La muerte de Fidel Castro hizo hoy aflorar en Miami viejas historias del exilio, de muertes, familias rotas y persecuciones, pero también reclamos de libertad para el pueblo cubano y expectativas de que el presidente electo de EEUU, Donald Trump, exigirá cambios al Gobierno de Raúl Castro.

Después de la fiesta vivida hasta primeras horas de la mañana en la Calle 8 de la Pequeña Habana, hoy llegó la hora de la reflexión sobre el impacto que puede tener en Cuba la desaparición del comandante de la Revolución de 1959, el "cerebro del mal de la tiranía", como lo calificó el excongresista Lincoln Díaz-Balart.

En una rueda de prensa, Lincoln Díaz-Balart y los actuales congresistas Mario Díaz-Balart, Ileana Ros-Lehtinen y Carlos Curbelo subrayaron que, si bien es un día "histórico" e "importante", el pueblo cubano sigue todavía bajo una "dictadura" y hay que apoyarlo para que la libertad llegue definitivamente a Cuba.

Los cuatro criticaron la política de concesiones de la Administración de Barack Obama hacia Cuba -"inocencia" la llamó Ros-Lehtinen- e hicieron votos para que el futuro presidente Trump cumpla su promesa de exigir al presidente Raúl Castro respeto a los derechos humanos y apoye a la oposición interna de la isla.

"Las concesiones del presidente Obama han violado las leyes y las políticas de Estados Unidos, esperamos que Cuba haga concesiones como la liberación de miles de presos políticos, ofreciendo la oportunidad de reunión a su pueblos y también la apertura de más de un partido y que pare la represión brutal", dijo la congresista.

"Un capítulo se termina", señaló Ros-Lehtinen, quien aseguró comprender a los cubanos que llevan horas festejando la muerte de Castro en las calles de Miami.

Los cuatro dijeron tener "muchas esperanzas" de que a partir del 20 de enero, cuando asumirá Trump, se acabará la ayuda al castrismo que, a su juicio, ha supuesto la política de Obama y que ha hecho que la "dictadura" se haya aventurado a preparar una "sucesión familiar", como si fuera "una finca particular".

"Cuba no es una finca, es una nación", dijo Lincoln Díaz-Balart, quien aseguró que también la naturaleza se va a encargar tarde o temprano del octogenario Raúl Castro.

Mario Díaz-Balart se dirigió a los que "quieren lucrar con el régimen de los hermanos Castro" para advertirles de que "este régimen está en las últimas y que lo que hay que hacer el ayudar al pueblo cubano que está luchando por su libertad".

Carlos Curbelo indicó que "este día representa una nueva oportunidad para los cubanos y también para Estados Unidos, pero no necesariamente un cambio, y nuestro pueblo debe estar del lado de la libertad de los cubanos".

"Vamos a continuar pidiendo a la próxima Administración ese compromiso con la libertad de Cuba", agregó.

"EL DICTADOR HA MUERTO, PERO LA DICTADURA NO"

El senador cubano-estadounidense Marco Rubio también señaló hoy que "desgraciadamente, la muerte de Fidel Castro no significa libertad para los cubanos", ni justicia para los opositores y los "activistas democráticos".

"El dictador ha muerto, pero la dictadura no", manifestó en un comunicado el senador y exaspirante a la nominación republicana en las pasadas elecciones primarias.

Tenaz opositor al Gobierno de la isla desde el Congreso de EEUU, Rubio, nacido en Miami de padres cubanos, resaltó que la "historia no absolverá a Fidel Castro", sino que "lo recordará como un diabólico, un asesino dictador que infligió miseria y sufrimiento a su propia gente".

En términos más duros todavía se están pronunciando ante las cámaras de televisión y los micrófonos radiofónicos numeros cubanos radicados en Miami que están dejando salir desgarradoras historias, algunas ocurridas hace casi 60 años, en medio del júbilo en las calles de la ciudad.

Son hijos de fusilados, uno de ellos cargando con un retrato de su padre para que celebre "la muerte del dinosaurio", personas que nunca más pudieron ver a su familia y otras que sobrevivieron a peligrosas travesías en precarias embarcaciones.

Hay también gente traída de niño a EEUU y separada de sus padres, brigadistas que intentaron entrar en Cuba para tomar el poder y otros protagonistas de historias trágicas que agitan banderas de Cuba y de Estados Unidos y gritan "Libertad".

También hay mucha gente joven que dice estar allí por sus abuelos, por sus padres o por personas a las que conocieron y que se murieron antes de ver una "Cuba libre".

En la ermita de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, donde se oficiará hoy una misa especial que se transmitirá en vivo a Cuba, una mujer dijo a un canal de televisión que estaba allí para dar "gracias a Dios por librar a Cuba de un demonio".