El asesinato de un joven durante un saqueo en un comercio de alimentos en el sureste de Venezuela ha avivadolas críticas por las secuelas de la crisis económica y de inseguridad ciudadana que vive el país. Las principales críticas del lado opositor provinieron de la alianza partidista Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que convocó para el 8 de agosto una "jornada nacional de protesta contra el hambre, el hampa y por la libertad".
El secretario ejecutivo de la alianza que reúne a prácticamente la totalidad de partidos opositores, Jesús Torrealba, dijo que la protesta será simultánea en Caracas y las 24 capitales provinciales.
Entonces se informará, anunció, del "conjunto de propuestas que la MUD exige sean adoptadas de inmediato para enfrentar con sentido común y no con balas la crisis creada por la corrupción e ineptitud oficial" que le achaca al Gobierno del presidente Nicolás Maduro.
La convocatoria de la protesta se produce un día después de la muerte de un joven de 21 años, tiroteado el viernes por desconocidos en medio de un saqueo en un comercio de alimentos de la ciudad de San Félix del estado Bolívar (sureste).
El saqueo fue "planificado" y ejecutado por "la derecha maltrecha" que recibe órdenes de Estados Unidos para intentar dar al traste con la Revolución Bolivariana, dijo el viernes Maduro, poco después de que se informara de un préstamo de China por 5.000 millones de dólares que ayudarán a paliar la crisis.
"Habrá justicia para la persona asesinada" durante el saqueo que dejó 60 personas detenidas, agregó, al avalar la versión del gobernador del estado Bolívar, Francisco Rangel, quien denunció que los saqueos "fueron armados e inducidos".
Maduro añadió hoy que, "a través de la inteligencia popular", los organismos de seguridad del Estado están actuando para evitar "que esta derecha llene el país de violencia" porque los saqueos "se han planificado en otros estados" en el marco de una "guerra económica".
El gobernador de Miranda, estado que abarca vastas zonas de Caracas, el dos veces candidato presidencial de la MUD, Henrique Capriles, escribió a su vez en Twitter que "urge tomar acciones" frente a la crisis y recordó que él presentó ya algunas propuestas.
Capriles propuso el pasado 14 de julio atender la "emergencia económica" con un inmediato ajuste de los salarios para compensar la inflación del 74 % que acumuló en los primeros seis meses del año, según cifras extraoficiales, ya que el Gobierno de Maduro ha optado por no informar de los repuntes de los precios.
La última cifra oficial dio cuenta a inicios de año de que la inflación en 2014 fue de casi un 70% y cuando oficialmente se admitió que la economía venezolana cerró ese año en recesión. "Tenemos una hiperinflación sumada a una recesión económica (...) y ante eso no podemos ser indiferentes y no proponer nada", añadió Capriles.
Sobre la caída del precio del petróleo, recurso que supone más del 90 % de las divisas que entran en Venezuela, Capriles pidió la inmediata revisión de "todos los convenios donde hay envío" del energético a otros países en condiciones ventajosas para ellos. También cuestionó el "estricto" control estatal de cambio y lo definió como "el mayor antro de corrupción del país".
La escasez en los mercados establecidos de alimentos y medicinas y su irregular aparición a precios encarecidos en mercados informales son fruto, añadió la MUD, de "la destrucción del aparato productivo" y "el robo masivo de los dólares producidos por el petróleo" que maneja el Gobierno. A esto "se agrega ahora", añadió, "un conjunto de medidas oficiales cuyo efecto práctico es agravar la crisis creada por ellos mismos".
En este sentido, identificó expresamente "el no suministro de divisas" por el Estado a importadores, lo que generará "en días o semanas", advirtió, "la paralización de industrias que producen vehículos, cerveza o toallas sanitarias", entre otros productos.
"El Gobierno arroja gasolina al incendio de la escasez", insistió la MUD, y denunció que "esta absurda conducta oficial pareciera estar orientada a generar una convulsión social con el propósito de construir el pretexto que le permita suspender o posponer unas elecciones parlamentarias que sabe perdidas".