El Gobierno de Enrique Peña Nieto asestó el golpe más importante al narcotráfico en más de una década con la captura de Joaquín El Chapo Guzmán, líder del cártel de Sinaloa, en una operación de la Marina en la que no hubo disparos.
La detención se produjo a las 06.40 horas (12.40 GMT) en una operación "impecablemente lograda" de la Marina mexicana en un lugar no precisado del puerto de Mazatlán, noroeste del país, reveló el fiscal general, Jesús Murillo.
Minutos después de que Peña Nieto confirmara a través de la red social Twitter la detención del narcotraficante más buscado del mundo, el fiscal dio los detalles de la operación desde el hangar de la Marina, en el aeropuerto internacional de Ciudad de México.
Al menos dos centenares de periodistas convocados por la Secretaría de Gobernación (Interior) pudieron ver a Guzmán cuando era trasladado al helicóptero que lo llevaría hasta un penal de máxima seguridad.
Guzmán, de 56 años y con bigote que ofrecía una imagen muy diferente a las que circulaban de él, caminó con la cabeza agachada, esposado y fuertemente sujetado por el cuello por los agentes.
Murillo indicó que el capo "está identificado al 100 por ciento" y que en breve sería trasladado a una cárcel que no precisó.
Medios locales, sin embargo, dijeron que El Chapo había quedado ingresado ya en el penal de máxima seguridad de Almoloya de Juárez, en el central Estado de México.
Murillo señaló que El Chapo fue detenido con un subalterno tras una operación de varios meses de las organizaciones de seguridad mexicanas con la colaboración de las agencias de Estados Unidos.
Explicó que fue decisiva la localización en el último mes de algunos domicilios "en los que acostumbraba estar", que estaban conectados con otras casas por medio de túneles y por el sistema de alcantarillado.
Según señaló, en la operación se esperó el momento más adecuado, esta mañana, cuando los agentes de la Marina le capturaron con una "enorme eficiencia" y "sin un solo disparo".
La operación ha desencadenado hasta ahora la detención de 13 personas y el decomiso de 97 armas largas y 36 cortas, un lanzagranadas, dos lanzacohetes, 47 vehículos (16 de ellos blindados), 16 casas y cuatro ranchos.
Con la detención del capo, el Gobierno mexicano ya ha arrestado a 75 de los 122 líderes criminales considerados objetivos prioritarios desde el inicio de la administración de Enrique Peña Nieto en diciembre de 2012.
A través de Twitter, Peña Nieto consideró que para lograr la captura fue "determinante" la coordinación de las instituciones de seguridad del Estado mexicano y felicitó a todas ellas sin hacer alusión alguna al papel de Estados Unidos.
En Washington, el secretario de Justicia de EEUU, Eric Holder, dijo que la captura es una victoria para los ciudadanos de ambos países y felicitó a las fuerzas de seguridad mexicanas por su "valentía" en la operación conjunta.
La primera reacción en México llegó de parte del exmandatario mexicano Felipe Calderón (2006-2012), quien felicitó a la Marina por este "gran golpe".
El conservador Partido Acción Nacional (PAN), al que pertenece Calderón, consideró la captura "un hecho muy importante en la lucha contra el crimen organizado" y pidió al Gobierno el mismo esfuerzo ante la violencia que prevalece en estados como Michoacán y Guerrero.
Por su parte, el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) dijo que daba el beneficio de la duda al Gobierno y confió en que "no sea solo un show mediático".
Guzmán, nacido en 1957, comenzó su carrera criminal en la década de 1980 como lugarteniente de Miguel Ángel Félix-Gallardo, jefe del cártel de Guadalajara, cuya detención en 1989 le llevó a fundar su propia organización en Sinaloa, su estado natal.
En junio de 1991 fue detenido en la capital mexicana, pero logró escapar después de sobornar con 100.000 dólares al entonces jefe de la policía local, para ser capturado otra vez en 1993, pero en Guatemala, país que lo entregó a México.
El 19 de enero de 2001, El Chapo se fugó de la prisión de Puente Grande, estado occidental de Jalisco, en un camión de limpieza gracias a la ayuda de algunos funcionarios del penal. Desde entonces era el criminal más buscado por México y Estados Unidos.
Joaquín El Chapo Guzmán enfrenta decenas de cargos en EEUU, el mayor mercado del cartel de Sinaloa, y su perfil es tan notorio que las autoridades de Chicago le consideran el "enemigo público número uno", un criminal aún peor que el único otro que mereció esa etiqueta: el gángster Al Capone.
Las autoridades estadounidenses no han informado por ahora de ninguna petición formal de extradición y son conscientes de que es posible que la fiscalía de México opte por procesar a Guzmán antes de que pueda responder por los cargos que enfrenta en EEUU, según dijo una fuente oficial estadounidense al diario Washington Post.
Para Estados Unidos, la captura es "un logro emblemático, y una victoria para los ciudadanos" estadounidenses y mexicanos, según dijo hoy el secretario de Justicia de EEUU, Eric Holder.