El primer ministro británico, Boris Johnson, alertó este jueves de que existe una "gran posibilidad" de que el Reino Unido rompa definitivamente sus lazos con la Unión Europea (UE) el próximo 31 de diciembre sin haber llegado a un acuerdo sobre su futura relación.
Tras reunirse ayer en Bruselas con la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, Johnson afirmó hoy en una entrevista divulgada por "Sky News" que es probable que la relación con la UE pase a regirse por las normas generales de la Organización Mundial del Comercio (OMC) tras el final del periodo de transición pos-Brexit.
Para Johnson, las propuestas que hay sobre la mesa ahora mismo dejarían a su país "atrapado en la órbita de la UE", ya que estaría expuesto a eventuales sanciones si no adaptase su legislación a los cambios en la normativa comunitaria.
El Reino Unido insiste en que pretende mantener su "soberanía" en el principal escollo que separa a las partes: las condiciones que garanticen una competencia leal, especialmente en lo referido a los subsidios estatales.
El primer ministro señaló que ha pedido a los miembros de su Gobierno que comiencen a "hacer los preparativos" para un escenario sin acuerdo, lo que en la jerga política británica se conoce como una "relación a la australiana", en alusión a que no existe un acuerdo comercial con ese país.
"Creo que tenemos que dejar muy, muy claro que ahora existe una gran posibilidad de que tengamos una solución más como la relación con Australia que como la de Canadá y la UE (que comparten un extenso tratado comercial)", dijo Johnson en la entrevista.
Y añadió que "es hora de que el público y las empresas se preparen para el 1 de enero, porque va a haber cambios de cualquier manera".
Pese a todo, insistió en que está dispuesto a hacer "un último esfuerzo" para llegar a un entendimiento con los Veintisiete, antes del domingo, día límite que los bloques se han dado para tomar una decisión sobre las negociaciones.
Las palabras de Johnson llegan horas después de que la UE haya presentado sus medidas de contingencia para que los países estén preparados en caso de que finalmente no se llegue a un acuerdo.