El jesuita Jorge Mario Bergoglio, elegido hoy primer Papa latinoamericano, mantuvo, como cabeza de la Iglesia católica argentina, duros enfrentamientos con los gobiernos de los Kirchner y declaró como testigo por las denuncias de grupos de Derechos Humanos sobre el papel de la Iglesia durante la dictadura.
El primer Papa argentino fue principal de la Compañía de Jesús en el país y ocupó la presidencia de la Conferencia Episcopal entre 2001 y 2011, durante dos períodos consecutivos, hasta que abandonó el cargo porque los estatutos le impedían seguir.
Como máxima autoridad de la Iglesia católica en el país y, aunque considerado un hombre moderado y dialogante, mantuvo sonados enfrentamientos con el fallecido expresidente Néstor Kirchner (2003-2007) y con su esposa y sucesora, Cristina Fernández, por temas como el matrimonio gay o el aborto.
"VERDADERO REPRESENTANTE DE LA OPOSICIÓN"
Kirchner, fallecido en octubre de 2010, llegó a calificarle como el "verdadero representante de la oposición", aunque sus diferencias no impidieron que, tras la muerte del exmandatario, Bergoglio reaccionara con rapidez y oficiara una misa en la catedral."El pueblo tiene que claudicar de todo tipo de posición antagónica frente a la muerte de un hombre ungido por el pueblo para conducirlo y todo el país debe rezar por él", dijo entonces.
Durante el mandato de Cristina Fernández, trató de mantener una relación distante, pero llegó a promover una "guerra de Dios" contra el matrimonio entre personas del mismo sexo.
En 2008, Bergoglio pidió a Fernández un "gesto de grandeza" con las patronales agrarias, denunció la "homogeneización" del pensamiento y la "crispación social", en medio de una grave crisis entre el Gobierno y los productores rurales.
En 2010, trató por todos los medios de evitar la aprobación de la ley que reconoce el matrimonio entre personas del mismo sexo, movilizó a los sacerdotes en defensa de la "unidad familiar" y convocó vigilias frente al Parlamento."No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios", escribió Bergoglio en vísperas de la aprobación del proyecto en el Congreso.
Aunque perdió esta batalla, poco después logró frenar la difusión de una guía médica que repasaba los supuestos de aborto admitidos por la ley argentina: violación y peligro para la vida o la salud de la madre.
DELITOS DE LESA HUMANIDAD
El impulso que los Kirchner dieron a los juicios por los delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura militar (1976-1983) salpicó a la Iglesia católica y Bergoglio declaró como testigo en el juicio por Plan Sistemático de apropiación y en la megacausa de la escuela de Mecánica de la Armada (Esma).
La organización Abuelas de Plaza de Mayo recordó hoy en un comunicado que Bergoglio declaró en el caso de Elena de la Cuadra, desaparecida cuando estaba embarazada, y cuya familia acudió a él en busca de ayuda. Las Abuelas reprodujeron un fragmento de la declaración del entonces cardenal en el que admitía que tuvo conocimiento de la apropiación de niños durante la dictadura "en el tiempo del Juicio a las Juntas", poco antes de los años 90.
EL SECUESTRO DE DOS JESUITAS
También declaró en el proceso por el secuestro de dos jesuitas que, según la acusación, fueron detenidos porque perdieron la protección de su orden religiosa, como señala el libro "El silencio" del periodista Horacio Verbitsky, presidente de la Centro de Estudios Legales y Sociales (Cels). Seguidores de Bergoglio aseguran, por el contrario, que mantiene una clara apuesta por la labor pastoral en zonas desfavorecidas y ayudó a muchos durante el régimen de facto.