Benedicto XVI ha exigido a los gobiernos de Oriente Próximo, que respeten la "libertad religiosa y de culto" ya que "muchas veces el espacio de la libertad religiosa es muy limitado en estos países", en la celebración de la misa de conclusión del Sínodo de Medio Oriente.
El Pontífice ha destacado que la libertad de culto y de religión en Oriente es "una exigencia para garantizar a las distintas comunidades religiosas la verdadera libertad de vivir y profesar su fe".
Por otra parte, Benedicto XVI ha manifestado su preocupación por la situación de "dolor y dificultad" que los cristianos viven en Oriente Próximo y ha recordado a la comunidad internacional que la paz en la región, y en especial en Jerusalén, es "posible y urgente".
Como señalaba una de las propuestas finales del Sínodo, Benedicto XVI ha exigido a los gobiernos de la región que reconozcan la ciudadanía "de pleno derecho" de los cristianos , para que puedan "convertirse en apóstoles de reconciliación para el beneficio de toda la sociedad", al mismo tiempo que ha pedido a los fieles de Medio Oriente que se conviertan en "constructores de la paz".
Ante 117 padres sinodales (19 cardenales, 9 patriarcas, 72 arzobispos, 67 obispos y 10 sacerdotes) el Papa ha pedido a las iglesias católicas de Oriente que impulsen iniciativas para alcanzar la "comunión en el interior de la Iglesia" y su apertura a la dimensión "a la Iglesia Universal". Además, siguiendo la línea señalada en el Sínodo, Benedicto XVI ha pedido a la Iglesia que siga trabajando por el diálogo interreligioso con el judaísmo y el Islam de la región.
Por último, Benedicto XVI ha destacado la urgente necesidad de una "nueva evangelización" en los países de "antigua cristianización" de Oriente y Occidente. Por ello, el Papa ha convocado una nueva Asamblea General Ordinaria para 2012, sobre el tema "la nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana".