Bélgica continúa la búsqueda del tercer terrorista del aeropuerto de Bruselas, el "hombre del sombrero", después de que la Fiscalía federal sufriera su primer gran revés en la investigación al tener que dejar en libertad por falta de pruebas al principal sospechoso, Fayçal Cheffou.
Había sido inculpado el sábado por liderar presuntamente actividades de un grupo terrorista, inculpación, no obstante, que se basaba fundamentalmente en la declaración del taxista que había llevado a los tres terroristas al aeropuerto el 22-M.
El abogado de Cheffou, Olivier Martins, explicó que su cliente había aportado una coartada al asegurar que había recibido y realizado llamadas desde su vivienda a la misma hora de los ataques. Una vez que el juez de instrucción comprobó el registro telefónico y la veracidad del testimonio de Cheffou ordenó su puesta en libertad.
El hombre más buscado tras los atentados del 22-M y del que la Policía difundió el lunes un vídeo, aparece junto a los dos suicidas del aeropuerto, Ibrahim El Bakraoui y Najim Laachraoui. La Policía federal ha recibido hasta el momento 51 avisos de ciudadanos acerca de este individuo, pero aún no ha sido identificado, según informa la Agencia Belga.
Las pruebas de ADN no permitieron constatar la presencia de Cheffou en el lugar de los hechos, ni por tanto establecer el vínculo entre este individuo y el terrorista que vestía abrigo claro, sombrero negro y gafas en las imágenes.
Cheffou, que trabajaba como periodista independiente en Bruselas, se declara "totalmente inocente", así como contrario al grupo terrorista Estado Islámico (EI), y niega tener ningún vínculo con los terroristas implicados en los atentados, asegura su abogado. Éste precisa que su cliente se encontraba con una pareja de amigos cuando fue detenido el jueves.
Martins ya había sido el abogado defensor de Cheffou ante la justicia en el pasado por hechos que asegura que fueron "menores", según la Agencia Belga.
El letrado aclara que Cheffou pasó cerca de la estación de metro de Maelbeek, en el barrio de las instituciones europeas de Bruselas, poco después de que uno de los terroristas se suicidase, pero esto se debió a que vive cerca del lugar.
Cheffou también niega haber reclutado jóvenes para la causa yihadista en el parque Maximilien de Bruselas, transformado en campamento de refugiados, y al que el alcalde de la ciudad le prohibió la entrada el pasado septiembre.
Ese mismo medio asegura que respecto a ese caso Cheffou estuvo implicado en una pelea y que les llamó para explicar lo ocurrido y denunciar la falta de comunicación entre los organizadores de la plataforma ciudadana de apoyo a los refugiados y estos últimos. Varios grupos de demandantes de asilo habían manifestado por su parte igualmente su descontento y desacuerdo con los organizadores de esa plataforma.
Tras su puesta en libertad, solo está inculpada una persona directamente vinculada con los atentados de Bruselas, Aboubakar A., sobre quien también pesan cargos por supuesto liderazgo de las actividades de grupo terrorista.
Otras tres personas han sido inculpadas, aunque sin precisar si están relacionadas con los atentados de Bruselas, la preparación de un ataque en la periferia de París la semana pasada o el 13-N en la capital gala.
Son Yassine A., Mohamed B. y Aboubaker O., tres de las cuatro personas en prisión preventiva desde los 13 registros efectuados el pasado domingo en la provincia de Amberes y en la región de Bruselas. En paralelo, hay otras dos personas inculpadas, Rabah N. y Abderamane A., pero relacionadas con la red que preparaba el proyecto de atentado en Francia.
De las seis personas inculpadas desde los atentados de hace una semana, solo una está claramente vinculada con los ataques en la capital belga. En cuanto a las víctimas del atentado, el balance sigue siendo de 35 muertos más tres terroristas suicidas, y más de 300 heridos.
Tras las numerosas críticas que ha recibido la gestión judicial y policial belga, el ministro de Interior del país, el nacionalista flamenco Jan Jambon (N-VA), desvinculó los errores cometidos respecto a la falta de presupuesto dedicado a la lucha antiterrorista.
"Tras (los atentados del 13-N en) París, el presupuesto de la seguridad ha aumentado 400 millones de euros. Déjennos el tiempo de gastar este dinero", recalcó el ministro, quien precisó que aún se compra material, contrata personal y redactan las leyes necesarias. Jambon explicó que la Policía contará con 1.400 personas adicionales, pero aseguró que contratarlos y formarlos llevará un mínimo de un año.